luces y sombras

Antonio / Méndez

Clases de cinismo

EL día que dieron la clase de cinismo, falté", le espetó el secretario del PSOE de Málaga. Miguel Ángel Heredia, aEpi, el apodo por el que la militancia conoce al alcalde de Álora. José Sánchez fue uno de los tres asistentes a la ejecutiva socialista del pasado jueves que se abstuvo en la propuesta para designar a la nueva gestora de Ronda, dirigida por la delegada de Empleo de la Junta, Susana Radío, y en la que no figura ningún militante de la agrupación de la Ciudad del Tajo. El voto negativo de la sesión lo emitió la secretaria de Igualdad, Meli Galarza. Ella pertenece a la agrupación socialista de El Palo, una de las que acaba de pedir la cabeza de Heredia y su lugarteniente Francisco Conejo tras el desaguisado rondeño.

Heredia le replicó al alcalde de Álora porque a su vez éste le había respondido con ironía un "ahora me quedo más tranquilo" tras conocer los pormenores de cómo se fraguó el fichaje estelar del exalcalde tránsfuga del andalucismo Antonio Marín Lara. El secretario provincial explicó que se había limitado a aplicar una estrategia diseñada por la dirección regional del partido para captar concejales de una formación en descomposición como era el PA. Que es lo mismo que decir que le pregunten al maestro armero, llámese Chaves o su heredero Griñán.

Añadió que las operaciones aprobadas se condicionaron a que las agrupaciones socialistas de los municipios afectados no pusieran pegas. Los militantes de Ronda no lo hicieron, y el plan siguió adelante. El rechazo en Benamocarra y Benamargosa, por ejemplo, evitó que prosperaran los acuerdos, según la versión de su intervención facilitada a Málaga Hoy por varios asistentes a esta ejecutiva.

Heredia le había dicho antes a su audiencia que aunque algunos creen que su sentido de la responsabilidad pasaría ahora por dimitir, él opina, por el contrario, que el sentido de la responsabilidad pasa por seguir para solucionar los problemas. Nada de autocrítica ante el evidente deterioro que sufre el partido en Málaga desde los catastróficos resultados cosechados en las elecciones municipales de mayo. La consigna es sólo vale el 20-N y "no es el momento para dedicarnos a cuestiones orgánicas". La acusación sobre los que lideran el cada vez más amplio malestar que se vive en todos los confines del PSOE malagueño es prácticamente de alta traición.

Pero este reguero de descontentos ya es difícil de controlar. Se huele a fin de ciclo y se ha perdido el miedo. Cada vez son más las voces que proclaman que el electorado apreciaría más a un PSOE de Málaga en catarsis que a un partido con un prietas las filas para recibir juntos el duro castigo.

Heredia y Francisco Conejo se encuentran cada vez más solos. Les apoyan los que le acompañan en la candidatura, los que esperan figurar en los siguientes comicios autonómicos y los que le deben un cargo que depende de la permanencia de la actual dirección. Pocos podrían discutir su encomiable labor como diputado, mejor en la oposición. Su capacidad de trabajo y su lucha por los intereses de Málaga. Pero su balance al frente de la dirección del partido representa un fracaso sin paliativos. Quizá el día que se ausentó de la clase de cinismo además se perdió otras materias de ese curso.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios