La tribuna

Vicente José Martín

¿Quo Vadis Paradores?

MIGUEL de Unamuno, con su lapidaria expresión "que inventen ellos" reflejaba hasta qué punto la ciencia y la tecnología han sido, en España, una realidad marginal. En 1928, el Marqués de la Vega Inclán, desmontaba ese estereotipo español, con la creación, en la localidad abulense de Gredos, de la Junta de Paradores y Hosterías del Reino, germen de la actual Red de Paradores de Turismo de España. En su origen se quería construir una serie de hoteles en lugares donde la iniciativa privada no llegaba y que tenían condiciones para atraer turismo. Para ello se pretendió aprovechar los numerosos monumentos históricos y artísticos abandonados y edificios de nueva planta de los arquitectos Carlos Arniches y Martín Dominguez para los Albergues de Carretera. Entre ellos se encuentran Antequera, Manzanares, etc. alguno de los cuales se integraron en la Red de Paradores. Paradores fue creciendo durante los 60, década en la cual la empresa se fue expandiendo por nuestra Piel de Toro, pasando de 40 a 83 establecimientos. Esto supuso un revulsivo para la naciente y balbuceante industria hotelera y turística nacional. Al albur de los Paradores fueron creciendo hoteles y restaurantes, bares y cafeterías y los mismos que hoy piden su disolución seguro que fueron los beneficiarios de su constitución. Pueblos y Comarcas lograron su puesto en el mapamundi gracias a Paradores y recetas ancestrales fueron rescatadas del olvido e incorporadas a sus cartas. Se había creado algo único.

Luego llegó la conversión en Sociedad Anónima, cambiando el sistema de gestión, pero sin mejorar a los gestores. En ese momento, y conforme fueron "jubilando" a los gestores de Paradores Nacionales, fueron entrando los gestores de Paradores de Turismo. La alta dirección de Paradores se fue convirtiendo en un parking de lujo donde colocar a amigos y familiares. La presidencia de Paradores ha contado con amigas de presidentas autonómicas y amigos de presidentes del gobierno. Su plana mayor abunda de nombres con bagaje político pero sin conocimientos de hostelería. Los salarios de los diferentes gestores no envidian a los salarios de la industria privada, pero sin su responsabilidad. En la iniciativa privada, menos en la banca, cuando un gestor no cumple su función se le destituye. En Paradores se le cambia de lugar. En Paradores un auxiliar o ayudante tiene que pasar una prueba teórica, una práctica y una de idiomas para consolidar una plaza, cuyo salario raramente supera los 900 euros mensuales. Un alto directivo solo tiene que conocer a alguien del gobierno de turno.

Durante la larga década en que Paradores producía ingentes beneficios, el principal accionista no controlaba la política inversora de la empresa. Eso sí vigilaba con ojo de halcón las mínimas subidas salariales de su plantilla. Mientras tanto se inauguraban establecimientos al grito de "…mas madera", se acometían obras a cargo de la cuenta de resultados y se nos echaba encima el mayor latrocinio producido en la Historia, la llamada crisis cundial. La crisis nos arrolló a los españoles y las políticas zapateriles y marianistas se centraron en reducir la inversión pública y cercenar los derechos de los trabajadores. Estas políticas dieron un arma poderosa a los bajos instintos empresariales. Esa arma se llama ERE. Y esa arma cayó sobre la Red de Paradores el pasado día 3 de diciembre , especialmente en Málaga, como un rodillo. Y mientras vemos como se arrasan departamentos de atención al público despidiendo a profesionales de demostrada valía, mientras cesan trabajadoras que han tenido que llegar a la vía judicial para conseguir compaginar su papel de madres con su carrera profesional, los que nos han llevado a esta situación siguen en sus bien remunerados puestos.

El ERE de Paradores solo afecta a la plantilla productiva, mientras directores y directivos mantienen sus salarios y prebendas. Como muestra un botón, en Málaga el ERE afecta a 20 trabajadores pero a ningún director o subdirector. En España se va a despedir a 350 personas, pero sigue habiendo 92 directores y subdirectores. Esos 20 malagueños y 350 españoles no tuvieron capacidad de decisión en las políticas económicas, financieras y comerciales de la Red. Ellos no notaron en demasía los buenos momentos, las subidas salariales siempre han tenido techo, ni percibieron bonus o primas por objetivos. Sus sueldos siempre dependían del buen hacer de sus directores, pues una buena parte de ellos van asociados a la producción del establecimiento. Pero si van a pagar la mala gestión de quienes si cobraban esos complementos y disfrutan de privilegios inconcebibles en el Siglo XXI. Recordemos que en esta empresa se han cambiado algunos altos directivos, pero el resto siguen en la empresa, aunque en diferentes puestos.

Con estas medidas se va desmantelando la joya de la corona de la hostelería española, embajadora de la marca España por doquiera aparecía, con la intención, supongo, de cedérsela a algún afín para su explotación, en el marco del eufemístico "Gestión público privada", que es como llaman los políticos a las privatizaciones. Y esto mientras que algunos países de Oriente Medio se interesan por el sistema de Paradores para importarlo a sus países.

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