La esquina

josé / aguilar

No siempre actuó así Susana

LA postura de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en la crisis que ha puesto a su gobierno al borde del abismo -y con propensión a dar un paso adelante- se ha justificado con un solo argumento de peso: la defensa de la legalidad, presuntamente vulnerada por la consejera de Fomento y Vivienda. El portavoz de la Junta ha pretendido a toro pasado, con gran sofisma, que nunca dijo su jefa que fuera ilegal el realojo de las familias de la Corrala Utopía. No cuela.

De modo que la Susana Díaz presidenta estuvo a punto de romper el pacto con IU gracias al cual gobierna porque sus socios se saltaron la ley. No respetaron los procedimientos. Desbordaron los cauces institucionales. Pero no siempre ha pensado así. La Susana Díaz secretaria de Organización del PSOE de Sevilla ninguneó una institución -el Ayuntamiento de la capital-, pasó por encima del alcalde y desautorizó al equipo de gobierno local. Alcalde y equipo socialistas. Como ella.

Rebobinemos. Fue hace cuatro años. El comité de empresa de Tussam había convocado una huelga en plena Feria de Abril y durante toda la celebración. Esperaba, como en otras ocasiones, obligar al Ayuntamiento socialista a aceptar sus reivindicaciones para no perjudicar el transporte público en fechas tan señaladas. Esta vez parecía que pinchaban en hueso porque los gestores de Tussam decidieron no acobardarse y defender la viabilidad de una empresa que arrastraba un déficit millonario (sólo en 2009 superó los 52 millones de euros), causado en buena parte por la sucesión de convenios onerosos. El lunes de feria el Ayuntamiento resistió la presión (y los actos de vandalismo, pinchado de ruedas y rotura de lunas de grupos de huelguistas) y los ciudadanos acudieron al real como buenamente pudieron.

Y entonces, el martes, los sindicalistas se personaron en la caseta municipal. Al no encontrar al alcalde, marcharon hasta la caseta del PSOE, donde daba una recepción el secretario general, y presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Para evitarle molestias a su jefe, Díaz, sin ningún cargo público en el Ayuntamiento, convocó a los sindicatos a una reunión ¡en la sede del PSOE! y logró la desconvocatoria de la huelga obligando a los concejales socialistas a asumir lo que ella había concedido a los huelguistas.

Hace cuatro años, pues, Susana Díaz no respetó las instituciones, ni los procedimientos establecidos ni los cauces normales. No siempre ha defendido la legalidad.

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