En los medios

Luis Nieto

Torero de toreros, con elegancia y clase

José María Manzanares saboreó la cúspide del toreo. No sólo por las cifras, convirtiéndose en uno de los toreros que más corridas ha lidiado, sino por su categoría profesional, ya que es considerado torero de toreros gracias a, entre otras virtudes, su elegancia y clase en la ejecución de las suertes, tanto con el capote como con la muleta. Además, fue un buen estoqueador. Nacido en el barrio de Santa Cruz de Alicante su alma en lo taurino era sevillana. Y Sevilla lo hizo torero suyo. Paradójicamente, en la Maestranza únicamente salió por la Puerta del Príncipe en su última tarde, en la que no obtuvo trofeos, en una salida a hombros auspiciada por sus compañeros de profesión. Bebió de las fuentes de los grandes clásicos de los años cincuenta y sesenta, especialmente de su ídolo, Antonio Ordóñez, y de Paco Camino, convirtiéndose en referente ineludible del toreo de calidad entre los setenta y noventa del siglo XX. Aunque con sello de bohemio, siempre fue un torero que se castigaba duramente en silencio para tener una preparición física adecuada. Por su expresividad, luz de torería mediterránea, se ha apagado uno de los toreros más brillantes de la historia del toreo.

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