Por montera

mariló / montero

El gran Fotógrafo

TODAVÍA su página web está viva, así como su voz que podemos escuchar si marcamos su teléfono móvil donde logramos oír su mensaje grabado: "Hola, soy Paco. Deja tu mensaje y te llamo cuando pueda". ¿Por qué un hombre con un talento demostrado y éxito evidenciado, con una generosidad y empatía contagiosa, con una jovialidad exultante que podía con su objetivo extraer tu alma distraída y sin artificios, decide dejar de vivir? Paco amaba su profesión así como adoraba a sus figurines, sus modelos profesionales o a quienes nos regaló, en forma de fotografía, una identidad que sólo él tenía la capacidad de obtener. Pero Paco, que era el mejor fotógrafo de Andalucía, de España, quien mantenía su página web como escaparate de sus obras en la que sostenía su dignidad profesional a la espera de un nuevo contrato llevaba en su IP la auténtica realidad.

¿Cómo un hombre con una gran habilidad y aplomo puede llegar a perder la seguridad en sí mismo hasta hacerle dudar de si merecía la pena seguir viviendo? Una tormentosa ruptura matrimonial que desencadenó en la ruina personal hasta el punto de verse afectado su prestigio profesional y en consecuencia dejar de recibir contratos al perder la confianza de muchos que dejaron de contar con él. Un hombre destrozado emocionalmente, quien deseaba ver a sus hijos y hubo de superar varios embestidas judiciales que lo llevaron a la ruina económica. Ya de su cabeza brotaban tormentos. Sin trabajo, sin dinero, sin poder mantener su propia casa, tuvo que pedir ayuda y empezó a llamar. Sí, a llamar a la familia y a los amigos. Para entonces su rostro delataba la agonía de haber creído que había perdido su dignidad.

Yo, personalmente, recibí su llamada hace pocos días en la que me comunicaba que tenía un nuevo proyecto profesional en Madrid. Su mensaje terminaba con "Bssss 10000". Sentía su ilusión. La que compartimos juntos este verano en mi casa durante los días que me regaló, una vez más, su compañía. Pero hoy pienso que el ser humano huye de los fracasados. Nosotros hemos dejado que Paco se marchara porque llamó muchas veces pero hoy que lo llamamos a él ya no está para responder. Ahora es cuando muchos se preguntan por qué no atendieron sus peticiones de ayuda. Aquellos que se encogían al ser solicitados para poder dormir en su casa u ofrecerle cualquier trabajo. ¡Cualquiera, por humillante que pareciera como para que lo realizase él"! Cuando un amigo se va así hemos de reflexionar sobre nuestra responsabilidad ante semejante decisión. Habrá quienes descansen en paz como yo deseo que ahora esté mi amigo Paco. Que en nosotros permanezca el remordimiento y la enseñanza para quienes huyen de aquellos que caen y no saben ayudar a levantarlos. Mi querido amigo: gracias por tu amistad.

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