Ojo de pez

pablo / bujalance

El voto útil

UN momento: hace ya más de un mes que en Andalucía tenemos eso que llaman un Gobierno en funciones. O, lo que es lo mismo, un no Gobierno, que tampoco viene a ser lo mismo que una ausencia de Gobierno (la nada nadea, que diría Heidegger). La cuestión es: ¿alguien se ha dado cuenta? ¿Tanto se nota la diferencia? ¿No seguimos igual que estábamos, con Susana Díaz esperando ocupar el trono con una legitimidad no menos dudosa, por más que ya no estén ni Chaves ni Griñán? ¿Cuántas medidas, cuántas leyes, cuánto hizo el Gobierno de Susana Díaz cuando le correspondía? No mucho más que ahora. De acuerdo, había un pacto con IU que se tradujo en muchos más sofocos de los fuegos ajenos que en intentos de avivar los propios. Pero si esto así, habrá que agarrarse para ver lo que pasa con el invento improbable del Gobierno en minoría: si ahora no se toman decisiones, imagínense entonces. La cuestión es que los de Podemos y los de Ciudadanos (que de paso se cuelgan las cabezas de Chaves y Griñán como trofeos, al estilo jíbaro) van metiendo prisa: los andaluces, dicen, no pueden estar más tiempo sin un Gobierno con plenas facultades. Y, bueno, yo no lo tendría tan claro. Con la que se avecina, a lo mejor estamos mejor así.

Todo esto me permite alumbrar una idea que comparto aquí. Lo habitual en democracia es que los electores voten a sus candidatos para que gobiernen; pues bien propongo una sensible modificación en el procedimiento: votarles para que no gobiernen. Los parlamentarios elegidos según la Constitución en las urnas ocuparían sus escaños para no hacer nada. Su única función sería no intervenir durante la legislatura, a ver qué pasa. Aunque dado que tampoco es cuestión de que sus señorías se aburran como ostras (aunque esto en realidad ya sucede), deberían organizarse en el Hospital de las Cinco Llagas actividades alternativas a las sesiones al uso, como debates sobre teatro y arquitectura, competiciones de ajedrez, talleres de gastronomía y seminarios de ornitología. Tampoco quedaría mal un club de jazz ahí dentro. Y a ver, insisto, quién sería capaz de distinguir el panorama respecto a lo que sucede fuera. He aquí el voto útil.

¿Quedaría tal vez la sociedad como pasto de los lobos liberales? ¿Se comerían los peces grandes a los chicos? ¿Tendría el poder capital vía libre para barrer a los desprotegidos? Claro. Pero pregunto: ¿No es eso justo lo que pasa ahora? Sin Gobierno, al menos, nos evitaríamos las demostraciones de sensibilidad y las declaraciones de intenciones. Y cada uno seguiría partiéndose la cara como buenamente pudiera. Amén.

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