Las dos orillas

josé Joaquín / león

Neutralidad ante el terror

SÓLO las mentes perversas prefieren la guerra a la paz. Pero en el actual conflicto global contra el yihadismo terrorista y totalitario (que aspira a imponer su fundamentalismo y acabar con las libertades), resulta que no es Occidente quien ha declarado la guerra. Por supuesto, se han cometido errores estratégicos y políticos en Oriente Próximo, pero se ha llegado a un punto en que la neutralidad no es posible, porque está amenazada una forma de civilización. No se puede decir que Hollande está cometiendo en Siria lo mismo que sufre en Francia. Eso supone igualar a un país libre con un nido de terroristas.

La mentalidad que existe en España sobre este conflicto es curiosa. Todavía no se ha superado el trauma de la guerra de Iraq, cuando Aznar se equivocó. Pero el origen del problema es anterior. Francia defendió su libertad en la Segunda Guerra Mundial frente al nazismo de Hitler y sus aliados. A lo largo de la historia, Francia ha defendido la libertad siempre que estuvo amenazada, por lo que saben que a veces no basta con las palabras bonitas y los pensamientos utópicos. Por el contrario, en España, la mentalidad del franquismo se instaló en amplios sectores de la población. Y todavía sigue.

Franco fue neutral en la Segunda Guerra Mundial, entre las naciones que defendían las libertades y las que luchaban para imponer sus fascismos. Para quedar bien con unos, envió la División Azul a Rusia, ya que eran comunistas. Para quedar bien con otros (con los americanos, mayormente), se declaró neutral y no dejó que las tropas de Hitler llegaran hasta Gibraltar. Después, en los conflictos de Oriente Próximo, Franco nunca disimuló su odio a los judíos, ni su simpatía por autoritarismos islámicos, que ha heredado una cierta izquierda.

En Francia, ha existido una gran tolerancia a la acogida de emigrantes francófonos del Magreb. Pero a un presidente socialista, como es Hollande, no le condicionan complejos al defender a su país. Ha señalado quién es el enemigo y dónde está el EI. En Francia, a la hora de defender a su país y las libertades, no hay derechas ni izquierdas, sino franceses. Es una diferencia muy importante con respecto a España. ¿Qué dirían aquí si el presidente que hubiera dado la orden de bombardear fuera Sarkozy, un amigo de Rajoy, en vez de Hollande, que es de la misma internacional que Pedro Sánchez, Susana Díaz y Anne Hidalgo?

Cuando la libertad está en peligro, el mundo libre no puede ser neutral por cobardía. Ni antes, ni ahora.

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