Por si acaso

pablo / gutiérrez-alviz

El pulpo Peter

CUENTAN que desde finales de 2010, Pedro Sánchez ya aseguraba que sería secretario general del PSOE y que llegaría a ser presidente del Gobierno. Al parecer, terminado el Mundial de fútbol de aquel año, se compró un pulpo al que llamó Peter, semejante al famoso Paul, el que adivinaba el vencedor de todos los partidos. La carrera política de Sánchez era una sucesión de derrotas victoriosas y necesitaba las predicciones de un buen pulpo para confirmar su rocambolesca deriva como candidato. Todo empezó cuando en 2003 se presentó a concejal por Madrid y no salió elegido, pero gracias a las renuncias de otros compañeros tomó posesión al año siguiente. En 2008 fue en la lista al Congreso y tampoco consiguió plaza. El posterior abandono de Pedro Solbes lo convirtió en diputado. Al poco tiempo, el octópodo Peter le corroboró que siempre terminaría ganando.

En las generales de 2011 repitió como aspirante a ocupar escaño en la Carrera de San Jerónimo y otra vez sin éxito. Menos mal que en enero de 2013, Cristina Narbona renunció a su puesto en el Congreso y Sánchez volvió a ser diputado. Como antiguo pívot de baloncesto, sus éxitos le llegan de rebote y en la prórroga. A finales de 2014, por carambola, fue elegido secretario general del partido. Y en los comicios del pasado 20-D, cosechó los peores resultados del PSOE en esta democracia posfranquista.

El pasado dos de febrero la marmota Phill auguró que la primavera se adelantaba, lo que ha permitido vaticinar al pulpo Peter un hito histórico para España: Sánchez será investido como presidente antes de finalizar el invierno. El definitivo triunfo tras el último y mayor fracaso.

Begoña, la esposa del candidato, no se fía mucho de los animales y ha buscado el refrendo de la inteligencia artificial, en concreto de Siri, una aplicación de los teléfonos móviles con voz femenina que, en su última versión, es poco menos que infalible. Ofrece sus servicios por escrito y también en modo de conversación verbal. Pedro Sánchez, algo receloso con las máquinas, le planteó unas cuestiones y la muy sabihonda lo acertó todo. Por último, le preguntó si podría ser el próximo presidente del Gobierno y la coquito virtual contestó: "Eso parece".

Por mi parte, he repetido similar conversación con Siri y me ha respondido casi lo mismo. O sea, que para ser presidente del Gobierno solo me falta muchísima suerte. Y el pulpo Peter.

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