SE suelen atribuir al fútbol unos valores o unas características distintas al resto de la sociedad. De su carácter opiáceo o analgésico también se ha discurrido bastante. Normalmente es más sencillo. Entre la banalización constante y la erudición pujante hay un término medio. En un césped o en un despacho se dan comportamientos habituales fuera de ellos.

El Málaga despidió ayer a Javi Gracia. En mayo de 2014 se le fichó y faltó poco para el corte colectivo de venas. Venía de bajar con Osasuna a Segunda División. Los que apostaron por él, Mario Husillos y Vicente Casado, salieron meses antes que él del club. No precisamente por su apuesta por el navarro, una de las mejores decisiones que tomaron. El jeque apostó en una disyuntiva complicada por el técnico y meses después, ley de mercado, una oferta "irrechazable" del Rubin Kazan se lo lleva a miles de kilómetros. Los golpes de pecho en este caso sobran. Ganar en cuatro años lo que en Málaga tardaría 20 supera lo razonable.

La enseñanza que queda es que el apriorismo no soluciona nada. Se puede ilusionar más o menos con un nombre, pero hasta que no se ve sobre el terreno cómo se desenvuelve, cómo trabaja y cómo funciona es osado hacer juicios de valor. Gracia se marcha después de dos años en los que ha dejado al equipo noveno y octavo. Lo que ha ganado de ficha en estos dos ejercicios es prácticamente lo que el Rubin paga para romper su contrato. Casi ha salido gratis su sueldo. Y su trabajo también se mide en la revalorización de jóvenes valores. Una primera camada que voló (los Samus, Juanmi y Darder) dejando casi 30 millones de euros en las arcas y otra preparada para tomar el relevo (Fornals, Juanpi u Ontiveros), con un campeón juvenil que ha llamado a las puertas fuerte. También ha aumentado el patrimonio futbolístico del club.

Gracia llegó entre muchos interrogantes y se marcha con certezas. Un entrenador diferente, que en este periodo ganó en el Camp Nou, empató en el Bernabéu y derrotó al Atlético. El fútbol no tiene memoria y probablemente comience la segunda etapa de Juande Ramos al frente del banquillo del Málaga, 13 años después de la primera.

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