Político en cien días

Antonio Vargas Yáñez

METÁFORAS URBANAS

EL éxito de un edificio radica en su capacidad para convertirse en metáfora del pueblo que lo construye y el momento en que se alumbra. Si la Giralda encontró el impulso definitivo para su construcción en la victoria almohade sobre los castellanos en la batalla de Alarcos, su remate con el cuerpo de campanas renacentista y su Giraldillo -originalmente llamado Triunfo de la Fe victoriosa-, simbolizan la cristianización de la península reconquistada a los musulmanes.

En Málaga, tierra de actuaciones provisionales que se convierten en definitivas por el paso de los años, la noria es su Giraldillo motorizado. Concebida para seis meses, se ha quedado doce. Aunque sus promotores aseguran que su "percepción" al instalarla fue que serían tres años. Una provisionalidad definitiva. Una decisión que se adopta para valorar más tarde si se sigue. Como la opinión de los vecinos, llamada a tenerse en cuenta mientras que se pueda. Si al principio se afirmó que sólo se concedería la prorroga si le daban su beneplácito, días después dejó de ser necesario, para no concederse finalmente por puro silencio administrativo. Simplemente se acabaron las tres vueltas a las que daba derecho el tique que habían sacado. De momento. Porque eso es una noria. Un continuo dar vueltas en el que unas veces estás abajo y otras arriba para volver a bajar. Un ejercicio de cíclica elevación que te permite contemplar la realidad desde un punto de vista antes desconocido desde el que sólo el ojo de un observador avispado es capaz de distinguir lo que se le ofrece durante unos segundos. Cien millones de inversión de los que sólo cuarenta irán a la atracción. El resto se difuminaran entre las obras de un aparcamiento, una rampa y un restaurante, poco explicadas para la inversión que representan y demandantes de una modificación del Plan Especial del Puerto a medida. Como en el resto de los últimos proyectos urbanísticos de la ciudad. Y como ellos, presentado por un arquitecto estrella, que ya brilló a trescientos metros de distancia, con foto incluida en la escalinata del ayuntamiento. Revisando los últimos papeles antes de su presentación al alcalde. Como si no hubiera tenido tiempo de explicar a sus clientes las últimas ideas elaboradas en el AVE que lo trajo desde Madrid. La noria es la perfecta metáfora de la Málaga de principios del siglo XXI: aún no sabemos las vueltas que dará, pero serán muchas.

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