La tribuna

Ignacio Trillo

Esperpento y primarias

EL Guinnes world record surrealism 2010 va a ser ganado por la forma de nominación del candidato del PSOE para nuestra capital en las elecciones municipales del año que viene. El esperpéntico proceso ha estado regido por unos dirigentes sin prisas y demasiadas palabras grandilocuentes: Málaga es una prioridad para los socialistas. El asunto está totalmente controlado. El calendario es preciso. Será anunciado a su debido tiempo.

Como si el que tuviera enfrente, el alcalde De la Torre, fuera una merienda fácil de digerir. Quince años gobernando el PP a una ciudadanía mayoritariamente de centro-izquierda, mientras eran presentados tres candidatos socialistas distintos, a una media de uno por cada lustro, sin una victoria verdadera, como el misterio de la Santísima Trinidad. Encima, con el precedente último de repetir una candidata a la que todo el electorado daba a priori por derrotada, menos el presidente de la Diputación. Así que, perdido en Ardales el sillón consistorial, se aseguró su continuidad en la institución provincial y encima se permitió el lujo de nombrarla vice.

Crisis socialista que conllevó la derrota en las urnas que arrastró a tres portavoces en sólo diez meses. Otra vez, el número tres, el del dichoso Espíritu Santo. Maldita palomita sobrenatural que persigue acérrimamente al PSOE; dirían los responsables políticos de esos desatinos para salir impunes. De esta forma, los dimitidos fueron compensados con puestos de mayor relevancia siguiendo los cánones del Vaticano: quienes no sirven -en este caso perdedores de elecciones- en sus diócesis, tienen asegurados sus cargos en Roma. Y si los que debían de dar ejemplo se fueron, de los ocho primeros de la lista de ediles presentados tan sólo permanecieron dos. Todo un ejemplo de coherencia y compromiso con el electorado.

Pues bien, con una bisoña ejecutiva del PSOE malagueño parida de la anterior, comenzaron los pasos para las nuevas municipales. La experiencia negativa había sido tan fuerte que todo el mundo pensaba que se habría tomado buena nota.

Pero he ahí que en pleno otoño de ese 2008 surgió la curiosa teoría del ramillete y el deshoje de sus margaritas. El inventor fue el entonces máximo malagueño en la ejecutiva del PSOE-A, Salvador Pendón, con su primer manojo de posibles candidatos (Bernardino León, Trinidad Jiménez, Magdalena Álvarez y José María Martín) a los que otros dirigentes provinciales, quizás para facilitar la tarea, le sumaron más nombres (Luciano Alonso, Rafael Fuentes o María Gámez) Pronto comenzaría el aguacero invernal y esas flores se irían marchitando en forma de autodescartes (Jiménez, Alonso, León y Álvarez). No obstante, el discurso florido continuó, el tiempo fue pasando y el semestre de la presidencia de la UE sería buena excusa de cara a que esa noticia no ensombreciera el brillo de España en el panorama internacional.

Pero a esa teoría del ramillete, se la complementó con otra, aún más compleja. Había que estar atentos a los destellos y señales, sin decir si serían en forma de humos, que irían saliendo de la ejecutiva malagueña como pistas sobre la persona a ungir. Inmediatamente, por el tratamiento especial que desde el pasado verano se le dio al ex-rector, José María Martín, la cosa parecía que se aclaraba.

Es más, ante un cualificado sector de Málaga, el líder de los socialistas de la provincia, Heredia, presentando en su conferencia al presidente de la Junta, Griñán, tuvieron a un tercero sentado a su lado, Martín Delgado. La señal era inequívoca, aunque nadie se percató de que la ventana estaba abierta y el aire empujaba un humo invisible hacia donde entre el público estaba sentada la delegada de la Junta, María Gámez.

Poco después, ha bastado el envite de la prensa sobre el galimatías del ramillete, ya chuchurrido por el tiempo y la pechá de agua caída, complicado por el parricidio cometido por el tándem, Heredia-Conejo, sobre el presidente de la Diputación, para acelerar los acontecimientos. Salvador Pendón, al no contarse como futuro edil por la capital, en un acto de lucidez, ha reprochado a sus hijos políticos que le hayan copiado el método que él supo imponer férreamente en el PSOE de Málaga. Se ha propuesto pasar a la reserva bajo un formato bucólico de nietos y vocación al olvidado magisterio.

Al final de esta tortuosa travesía, de pronto se descarta al que más señales acumulaba porque recelan que no está dispuesto a que le hagan la lista, y florece la tapada, María Gámez, pero no para ganar las elecciones municipales del 2011 sino las del 2015. Entre tanto, el PP se regocija y se frota las manos: cuatro años más de De la Torre.

Todo atado y bien atado, entre Griñán y Heredia, según dijo el hombre de la incomunicación: Francisco Conejo. Y el conjunto del PSOE de Málaga se quedó estupefacto ante tan "democrático" proceso, muy en la línea digital de la sucesión de Aznar a Rajoy, o de Joaquín Ramírez a Elías Bendodo.

Pero he aquí que una vez más la incomunicación de Conejo ha sido tan imperfecta que el presidente Griñán matiza esa propuesta atribuyéndola a los socialistas de aquí y expresa que hay más candidatos.

Conclusión: estos advenedizos dirigentes del PSOE malagueño se han convertido en auténticos trogloditas. Han quemado varios ramilletes de candidatos, han abierto una crisis en la institución provincial, han perdido su credibilidad, la militancia está que trina y al electorado lo tienen hastiado.

No hay vuelta atrás. Este desaguisado sólo lo puede solucionar el conjunto de los socialistas de la capital. Que se les dé la voz y se preparen las urnas. Es hora de primarias.

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