Letra pequeña

Javier Navas

Un tesoro escondido

DEBO a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar". Así empezaba Borges uno de sus cuentos más célebres. Yo debo a la conjunción de dos bibliotecas municipales y una Concejalía de Cultura el descubrimiento de Manuel Laza Palacio. Un hallazgo tanto o más grande que el de aquel territorio de la fantasía.

Paseaba por una de esas bibliotecas de mi pueblo, con el abrumado despiste que estos lugares me causan. Acababa de ver En busca del arca perdida, por no sé qué vez y el cuerpo me pedía algo de historia. Me acerqué, en lugar de a esa sección, a los anaqueles del fondo regional, más por el acicate de un sentimiento del deber que por interés verdadero. Encontré un lomo delgadito y tímido, de encuadernación barata. Casi no cabía el título del libro: Gárgoris y Habidis. Mi profesor de Historia del instituto, quien más que Historia me enseñó una ética del trabajo a la que he procurado no traicionar, le había dedicado una clase (corrigiendo el nombre del protagonista: la declinación correcta debía ser Habis). Luego me enteré de que Fernando Sánchez Dragó también conoció el libro y de que tuvo el buen gusto y cortesía de fusilarlo para su obra menos injuriada. El Ayuntamiento de Rincón lo reeditó dentro de una Biblioteca Manuel Laza Palacio; junto con otros escritos, artículos, diarios de trabajo, entrevistas... Así, nos presentaba a un vecino fascinante, capaz de decir mucho sobre su pueblo y sobre el origen de todos los pueblos. Y yo, con la cabeza llena de arqueología, había encontrado un libro suyo. Por seguir con Borges: "Algo, que ciertamente no se nombra con la palabra azar, rige estas cosas".

La escritura de Manuel Laza atrapa. Incluso en el diario de las excavaciones de la cueva del Higuerón, simple cuaderno de trabajo sobre la búsqueda de un tesoro que no aparece. Ni falta que hace: el cuaderno es interesantísimo, se lee como una novela (puede que sea más interesante que la propia novela en la que Laza recrea los esfuerzos de quienes excavaron antes que él). En el libro acerca del mito de Gárgoris y Habidis, se empeña en encontrar en primitivas comunidades andaluzas el origen de los judíos o de los troyanos. El resultado es excesivo y apasionante. Andalucía, cuna de naciones antes de la invasión romana, antes de la invasión árabe. Mitos sin agravio, mitos sin deuda histórica ni en moneda ni en honor. Puestos a creer en leyendas originarias, ¿qué tal creer en ésta, leyenda sin resentimiento, que no exige que nos levantemos o pidamos tierra o libertad porque los pueblos de espíritu libre no necesitan pedir?

Manuel Laza, malagueño, rinconero, profesor, historiador, arqueólogo, buscador de tesoros. Nos dejó uno, puede que sin saberlo, que más vale que el puñado de despojos que arrebató a la tierra. El tesoro de su esfuerzo y de su ciencia, "bajo la especie de una biblioteca".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios