La Semana Santa sevillana se ha celebrado este año sin una de sus figuras clave: la duquesa de Alba. Es la primera vez que doña Cayetana falta a su cita con la gran fiesta de la ciudad hispalense, una decisión dura pero por pura precaución. La noble aún está convaleciente del resfriado mal curado y posterior virus estomacal que ya le obligó a posponer su fiesta de 88 cumpleaños, el pasado mes de marzo. Todavía débil, la duquesa ha preferido quedarse en casa y seguir con sus cuidados para coger esas fuerzas que le caracterizan y retomar cuanto antes su intensa vida social. No obstante, aun sin la cabeza de familia, la Casa de Alba sí que ha tenido representación esta Semana Santa en los balcones sevillanos. Su marido, Alfonso Díez, ha ejercido de anfitrión sustituyendo a su esposa. Desde que celebrara su matrimonio con doña Cayetana, en 2011, el duque de Alba ha ido demostrando como cada vez está más arraigado y unido a Sevilla, donde a la vista está se siente muy cómodo. Así, en esta Semana Santa se le ha visto disfrutando de la procesión del Cristo de los Gitanos, de la que doña Cayetana es hermana y camarera, desde el Palacio de Dueñas. Díez estuvo acompañado de algunos amigos, entre ellos Carmen Tello, Curro Romero y el duque de Huéscar, hijo de su esposa.

Desde su aparatosa caída durante su viaje a Italia hace un año, en la que se fracturó un fémur, la Duquesa no se ha prodigado demasiado en público. Lleva una vida más relajada reduciendo considerablemente sus salidas. Todo sea por estar al 100% muy pronto.