Como en casa, en ningún sitio. Doña Letizia ha podido comprobarlo en primera persona, cuando ayer viernes inauguró en su tierra natal los Cursos de Verano de la Fundación Príncipe de Asturias, en el Conservatorio Superior de Música Eduardo Martínez Torner en Oviedo.

La Reina, de nuevo, ha mostrado su predilección por el gris topo a la hora de vestir y escogió una falda de tubo y una blusa con maxi cinturón y sandalias a juego. Un atuendo elegante y muy adecuado para dar el discurso de inauguración ante los 163 alumnos que allí se encontraban, a los que animó a esforzarse al máximo para sacar todo el jugo a los cursos que van a recibir, además de recordarles que para poder triunfar en música tendrán que trabajar muy duro.

Si a su llegada las decenas de personas congregadas a las puertas del Conservatorio la recibieron con un gran cariño, a su salida el afecto que despierta doña Letizia quedó más que patente. Quiso devolver parte al pueblo asturiano, así que, saltándose el protocolo, la Reina se acercó a la valla donde cada vez más personas esperaban su salida. Allí, doña Letizia repartió besos, estrechó manos, se hizo numerosas fotos con quien se lo pidió y se detuvo a hablar con algunos de los presentes, entre quienes destaca Eduardo Llano, un joven en silla de ruedas vicepresidente de una asociación de discapacitados de Asturias que ha coincidido en otras ocasiones con la Reina.

"Viva la Reina", "viva Asturias" y "guapa" fueron algunos de los vítores que se escucharon durante la mañana. La primera visita oficial de doña Letizia a su Oviedo natal como Reina era un acontecimiento muy esperado por los asturianos, que se han rendido una vez más ante ella.