Pasarela

Un baño de 'glamour' cinematográfico

  • De una pieza, de dos, de tiro alto, en blanco y negro o a color: hay bañadores y biquinis que han quedado marcados en la historia

Que moda y cine van de la mano es algo que a nadie se le escapa. Sería imposible realizar una película sin un vestuario y que éste sea el adecuado es fundamental para el éxito de la misma: de hecho, por eso se reparten premios en esas categorías. Y si bien los personajes -o mejor dicho, los actores- son recordados por la afinidad que se pueda tener con el espectador o el buen papel que se interpretó, hay escenas que quedan grabadas en la retina por algo tan simple como el impacto que causa una pieza en este caso muy concreta: el traje de baño.

Asociado al ideal de feminidad y belleza, son muchas las actrices que a lo largo de los años han lucido cuerpo en la gran pantalla, pero pocas las que han conseguido pasar a la Historia gracias a un bañador o a un biquini. Deborah Kerr en De aquí a la eternidad fue de las primeras en alzarse a la categoría de icono gracias a un sencillo y elegante, a la vez que sensual, traje negro, que fue testigo en primera persona de uno de los besos más famosos y apasionados del cine.

Y Dios creó a la mujer fue la película que lanzó a Brigitte Bardot al estrellato mundial, pero, además, varios grupos religiosos la criticaron fuertemente por las sensuales imágenes en las que la actriz se mostraba en biquini en la playa. Una secuencia y un modelo tan imborrables como el de la exuberante Elizabeth Taylor en De repente, el último verano, con un bañador blanco que le permitía presumir de escote, o la aparentemente inocente Sue Lyon en su papel de Lolita de Kubrick, con un conjunto de talle alto y estampado que hoy día podría encontrarse en la lista de prendas más vendidas de cualquier tienda especializada, teniendo en cuenta la fiebre por el estilo retro que está viviendo la moda actualmente.

Pero si hay un biquini cinematográfico que haya marcado un antes y un después es el de Ursula Andress en 007 contra el Dr. No, un modelo que ella misma ayudó a confeccionar para sentirse más segura con él a la hora de rodar. Esta chica Bond, de cuerpo espectacular, defendió el tan complicado -para baño- color blanco, con una parte superior de lo más favorecedora gracias al escote corazón y al fruncido del pecho. Aunque el detalle más recordado por todos es el del cinturón que lucía en la cadera y del que colgaba un cuchillo que completaba su imagen guerrera.

Tan icónico llegó a ser el accesorio que, treinta años después, otra chica Bond, Halle Berry, también lo incorporó a su modelo, esta vez naranja, en un claro homenaje a la bella Úrsula, y rodado en las aguas gaditanas (y carnavaleras) de La Caleta. Pocos han olvidado ese sencillo pero impactante bikini de triángulo, mucho más actual, que la actriz lució en nuestro Sur durante el rodaje de la película Muere otro día, que protagonizó junto a Pierce Brosnan: la salida del agua de Berry es quizás una de las escenas más recordadas de la saga del agente 007, aunque esa película no cosechase muy buenas críticas.

En cuestiones de baño, es curioso observar cómo la tela -tal como ha sucedido con el resto de la ropa- ha ido reduciéndose poco a poco y cómo el biquini se ha hecho el rey por su comodidad. Y si a eso se le añade una percha como la de estas actrices míticas y una buena dosis de glamour, el hito está servido.

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