Un verano más Borja Thyssen y Blanca Cuesta pasan el verano en Ibiza. Pero esta vez es diferente, y no solo porque estrenan casoplón o porque ella está embarazada de su cuarto hijo. Lo que hace especial estos días es que la baronesa Thyssen se ha trasladado hasta la isla pitiusa para celebrar el 34 cumpleaños de Borja y pasar unos días con su hijo, su nuera y sus nietos. Después de años de enfrentamiento por fin madre e hijo se han reconciliado y han querido hacer patente del bonito momento a todo el mundo saliendo a pasear todos juntos por las calles de la ciudad. La baronesa no ha perdido la sonrisa en ningún momento y todo el rato buscaba la mano de sus nietos, a quienes apenas ha visto durante estos años. Borja se mostró espléndido, no paró de atender a sus pequeños y de comprobar en todo momento que su mujer estaba bien. Aunque Blanca no estaba tan sonriente como el resto y no tuvo gestos de cercanía hacia su suegra, la mujer del hijo del barón Thyssen estuvo tranquila y feliz de ver a su marido tan contento. Para ella no es fácil hacer como si nada hubiera pasado. Su suegra le llegó a pedir a Borja que se hiciese las pruebas de paternidad para comprobar que el hijo que esperaba Blanca era de él, algo que indignó a la pareja. Además en alguna ocasión vertió comentarios poco agradables sobre la esposa de su único hijo. Pero Blanca siempre se ha caracterizado por su buena educación y saber estar y, una vez más, ha demostrado lo enamorada que está de su marido apoyándole en la decisión de reconciliarse con su madre. Otra persona clave en este feliz momento es Manolo Segura, el padre biológico de Borja. No quiso perderse esta jornada tan familiar y se unió al paseo de la que también es su familia. Él ha jugado un papel muy importante durante el conflicto entre Carmen Cervera y su hijo. En numerosas ocasiones ha intentado que madre e hijo hiciesen las paces y, con mucha paciencia y sin perder la calma, ha conseguido que esto sucediera.

Sacha, Eric y Enzo, los tres hijos de Borja y Blanca de 6, 3 y 2 años están encantados con su abuela. No habían tenido contacto con ella desde que nacieron pese a los intentos de Tita por verles de vez en cuando e incluso por conocerles. Al más pequeño no lo pudo ver ni cuando fue al hospital a visitarlo el día que nació. Por eso disfrutar de ellos, mimarlos y darles todos los caprichos que una abuela da a sus nietos es lo que más feliz le hace. Ahora está deseando que su nuera dé a luz el próximo otoño y disfrutar desde el primer día del nuevo miembro de la familia. Sigue habiendo diferencias entre Borja y su madre y tendrán que ir resolviéndolas poco a poco, pero, de momento, se conforman con poder vivir el verano juntos demostrando que, por encima de todo, se quieren.