Willy Fog

El viajero que iba con un gato francés y un hámster gaditano

  • 'La vuelta al mundo de Willy Fog' entretuvo a las familias en las sobremesas de los domingos de 1984 con la revisión hispanojaponesa del libro de Julio Verne.

Ha pasado a la historia cotidiana como símbolo de viajero impenitente. "Te mueves más que Willy Fog" se puede escuchar de un interlocutor bien entrado en la treintena. La vuelta al mundo de Willy Fogg forma parte de esas amables series de animación que veía toda la familia junta cuando apenas había mucho que elegir en el televisor. Esta serie de la productora española BRB, confeccionada en los ordenadores de la Nippon Animation, se estrenó en la sobremesa de los domingos de 1984, cuando se atacaba al postre del almuerzo. Era una entrega de 25 minutos por semana, de enero a julio: las cosas de la tele se convertían así en monolitos de la memoria. Willy Fog no era para competir en los Emmy, pero cumplía en su momento con la misión de entretener de forma muy blanca a precio razonable para TVE y con un montón de merchandising suculento. Del león protagonista y de sus compañeros de vuelta se crearon cromos, tebeos, juguetes, peluches de tómbola y una parafernalia que convertía a la BRB en una Disney a la española.

Las melodías eran el fuerte de la caja registradora, cuando los discos se vendían como churros sin piratear. Los vascos de Mocedades vivían entonces un momento bien dulce (la pomposa Amor de hombre había sido la canción del verano de un año atrás), por lo que fue un sorpresón el fichaje del grupo para cantar las canciones de los italianos Guido y Maurizio de Angelis. Mocedades, con todos sus años encima, incorporó a su repertorio en directo las saltarinas canciones de Willy.

El león, hay que reconocerlo era bien soso y formal, émulo del Phileas Fogg-David Niven de la versión cinematográfica de los años 50, por lo que para la versión animada se buscó a un Cantinflas, el gato Rigodón, el Passepartout o Picaporte de la obra de Julio Verne. Pero para rematar las situaciones de humor con este personaje había que buscar un vértice complementario. Tras el buen resultado del ratón Pom en Dartacán, la serie anterior de la BRB, se eligió a un hámster llamado Tico. Este roedor se expresaba en un marcado acento andaluz, como el gato Jinks de la Hanna Barbera (cosas del dobla hispanoamericano), y en uno de los capítulos señala su sandunguero origen: Cádiz. No podía ser de otra forma.

En Andalucía no caía mal el hámster y en el resto de la España del 84 se mondaban los domingos con el menudo protagonista. El doblaje era del conquense José Moratalla, que lo pueden oír también en la piel de Mickey Rooney.

Willy Fog hacía el recorrido de Verne y en la India encontraba a su protagonista, la felina Romy, Aouda en el libro original. Los nombres de la serie, como pasa con Dartacán, han venido a suplantar en la memoria colectiva a los literarios. El policía Fix de Verne se convertía en los dibujos animados en el sabueso Dix, acompañado de un bulldog, Billy, y el añadido malo del todo era Transfer, un chacal (doblado por el gran Rafael de Penagos) con la cualidad de los disfraces como Mortadelo.

Tras su pase en el 84, Willy Fog fue apareciendo en otras reposiciones y últimamente lo hizo por Canal Sur 2 (q.e.p.d.) y en Canal Panda. Los niños del siglo XXI tiene muchos más personajes favoritos, pero para el recuerdo de los niños de los 70 y 80, es el paradigma del viajero más constante y perfeccionista.

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