Vestidos de novia sencillos, pero con mucha personalidad y llenos de detalles que hacen de la firma Otaduy un auténtico referente en el mundo de la moda nupcial. Detrás de la marca se esconde Carolina, una joven romántica y cuya pasión por lo que hace se ve reflejada todos y cada uno de sus diseños. Lo que para ella empezó de manera casual se ha convertido en su modo de vida y tanto es su éxito que, además de su taller de Barcelona y de contar con puntos de venta en Irlanda, Francia, Alemania y Bélgica, acaba de abrir taller en Madrid.

-¿Qué le llevó a montar Otaduy?

-Es una idea que tuve en Nueva York, pero que se gestó en Barcelona. Monté un atelier en mi casa, pero nada tenía que ver con vestidos de novia. Poco después una amiga se casó y le hice su traje. Fue un proceso muy bonito y muy especial. A raíz de eso empezaron a llamarme, me hicieron una sesión fotográfica que tuvo mucha repercusión y aquí estoy.

-Define las bodas como algo muy especial y personal, ¿es romántica?

-El amor me parece algo muy bonito, así que sí, soy romántica. Pero romántica sin mucho merengue, nada de pastelosa. (risas)

-Sus diseños no son convencionales, ¿a qué tipo de novia viste Otaduy?

-No me gusta categorizar a las novias. Lo importante en este caso es el amor, que cada una lo viva a su manera y que luego lo transmita. A veces eso se olvida en el proceso que se vive con una boda. Pero a las mujeres que yo visto no les pasa, se sienten cómodas y a gusto.

-¿Qué le inspira a la hora de crear los diseños?

-Soy una persona que viaja bastante y muy activa y todo eso se refleja en mis vestidos. A lo mejor veo una película y se me ocurre un vestido o tengo un tejido entre las manos y se me ocurre otro.

-¿Cuál es el diseño más especial que ha hecho?

-Todos los que hago son muy especiales. Pero el más emotivo fue el de mi hermana. Tuvimos poco tiempo porque ella estaba en Londres y me dio carta blanca a la hora de crear. Cuando vi su reacción... Me dijo que no podía haber reflejado mejor lo que para ella era su vestido de novia. Ahí te das cuenta de cuánto conoces a una persona. Nos hartamos de llorar.

-¿Le gustaría que alguien en especial llevase un diseño suyo?

- Hay muchas mujeres especiales a las que me gustaría vestir. La cantante Lykke o Scarlett Johansson.

-¿Todo tiene cabida en un traje de novia?

-Yo creo que sí, siempre y cuando ella se sienta cómoda. Una novia tiene que sentirse identificada con aquello que lleva sin ponerse algo con lo que deje de ser ella misma. Cada mujer decide cómo celebra ese día y lo que se pone en función de su personalidad y su manera de vivir el amor.

-¿Tienen las novias de ahora más personalidad que las de antes?

-Cada vez deciden más lo que quieren por ellas mismas y tienden a ser más alternativas. Deben de celebrar ese día como a ellas les guste y descargar la tensión.

- ¿Ha pensado en cómo sería su propio vestido?

-Todos los diseños me gustan. Supongo que cuando me case diré: este es el vestido. De momento lo que tengo claro es que será un proceso que quiero vivir feliz de principio a fin.