Doña Letizia ha vuelto a ganar la batalla de estilo en los dos viajes oficiales que ha realizado esta semana al noroeste de Europa. Tanto en su visita a Luxemburgo, donde optó por el mismo vestido blanco que lució en su visita al Vaticano, como en Bélgica, donde escogió un diseño de Felipe Varela inspirado en los años 50 y compuesto por una chaqueta blanca de lana y una falda de seda en tono azul acero, Doña Letizia se volvió a coronar como una de las monarcas más glamurosas.

Desde la proclamación de Felipe VI, los reyes han realizado siete visitas oficiales (Vaticano, Marruecos, Portugal, Francia, Holanda, Luxemburgo y Bélgica) y en casi todas ellas Doña Letizia ha salido victoriosa del duelo de estilo con sus respectivas anfitrionas. En todas salvo en Holanda, donde optó por un camisero demasiado básico y fue superada por la reina Máxima.

En esta ocasión, en cambio, la esposa de Felipe VI ha sabido estar a la altura de las circunstancias, sobre todo en la visita realizada ayer a Bélgica. La falda de vuelo midi e inspiración retro que usó para la ocasión resaltaba su delgada figura. Fueron destacados también los complementos elegidos para la ocasión: unos salones Magrit de color azul, una cartera de piel en tono metal océano con adornos en cristal de Swarovski y unos guantes de piel del mismo tono. No fue tan acertado, no obstante, su recogido. Doña Letizia volvió a confiar en un moño bajo realizado con trenzas (uno de sus preferidos últimamente), si bien en esta ocasión no estaba tan conseguido como otras veces.

Lo que parece claro, como muestra una de las imágenes de esta información, es que la Reina española suele despertar gran interés de la prensa gráfica de los países que visita. La indumentaria elegida para cada ocasión y su estilo suelen ser analizados con posterioridad en los magazines de mayor tirada.