-Más de dos años han transcurrido para poder disfrutar de Terral, su tercer CD publicado por Warner Music. ¿Ha merecido la pena la espera?

-Sí. Cuando acabó la gira el año pasado necesitaba parar, porque me vi envuelto en un montón de cambios. Necesitaba tomar un poco de tierra y volver a mi casa. También romper con la rutina y con el ritmo frenético de la montaña rusa, y poder componer desde la tranquilidad otra vez. Sale sin prisas. Se ha hecho con mucha calma.

-El título del disco hace referencia a un tipo de viento que se da en el Sur de España, sobre todo en su tierra, Málaga. ¿La echaba de menos?

-Como la idea del disco es buscar mi esencia 100%, mostrar lo que soy como músico, y más al desnudo, con un disco más orgánico... Yo, lo que soy, ha nacido en Málaga. Necesitaba un título con raíces. Luego, por otro lado, es un tipo de viento que es muy caluroso, y que es insoportable, pero, por otro lado, es un viento muy cálido por la noche. Y siempre aparece en verano, me recuerda al olor a jazmín, a dama de noche, a la Feria de Málaga... Las canciones de este disco, la idea, es que envuelvan a los oyentes como ese viento.

-Ha tenido que hacer una pausa para poder componer estas nuevas 14 canciones. ¿Se acabó la inspiración?

-Necesitaba escuchar, más que estar cantando todo el día. Necesitaba viajar, necesitaba romper con la rutina de la vida que vivimos aquí. Me fui a la India, me fui a Marruecos, me fui a Portugal... Cuando volví a Málaga exploté, exploté todo lo que tenía dentro en forma de canciones. No paraba, era una tras otra. Recuperé algunos temas de hace tiempo, pero siempre con la necesidad de hacer un disco lo más honesto posible.

-Acababa la espera y en septiembre se publicaba Por fin, la carta de presentación de Terral, en la que se habla de "amor de verdad". Van cambiando las temáticas...

-No es que cambie la temática, hablo de amor. Yo soy un romántico y hablo de amor. Canto a la balada, y no tengo problema en decirlo. Pero es verdad que el concepto del amor va cambiando. Los discos anteriores también tenían canciones anteriores, llegaba un momento en el había algún que otro con canciones que había compuesto con 15 años. Es que el amor cambia, el amor no todo es de color de rosa, la vida no es de color de rosa. En este disco se habla de un amor más terrenal, un amor más veraz, más sano. Y el amor sano es el que te hace ser mejor persona, el que te hace sumar, ser un equipo... Y no tanto una historia de cuento.

-Uno de los temas que refleja este 'punto y aparte' es Quimera, que la interpreta junto a Ricky Martin. ¿Cómo es el puertorriqueño en las distancias cortas?

-Es un crack. Es una persona tremendamente generosa. Es muy especial. El haber trabajado con él, que haya venido hasta Los Angeles a grabar... Porque pudiera haberla grabado desde donde quisiera... Es una persona que transmite mucha paz. Nunca lo he tenido como un divo, no creo que lo sea, de hecho no lo es. El haber trabajado con él es un privilegio porque, como es un disco con muchas raíces, el tener las raíces suyas boricuas y puertorriqueñas, ha sido muy enriquecedor.

-Vuelve a estar nominado a los Latin Grammy, en la categoría 'Grabación del año', por su tema Dónde está el amor, junto a los mexicanos Jesse & Joy. ¿A la cuarta irá la vencida?

-Digo ya que no. Estoy nominado con grandísimos genios, desde Marc Anthony hasta Juan Luis Guerra, está también Enrique Iglesias, es que se los van a llevar todos. Es complicado, muy complicado. Pero voy a cantar dos temas en los Grammy, luego voy a cantar también en el Personal of the Year para el homenaje a Serrat. Eso es un premio enorme. El estar ahí, ya de por sí, es una experiencia única.

-En poco más de cuatro años ha conseguido vender más de un millón de copias de sus anteriores trabajos discográficos, además de llenar los recintos donde ha actuado. ¿Le da miedo el no poder retener todo este éxito?

-Respeto la industria, respeto mucho la profesión, respeto mucho este oficio, porque además cuesta mucho trabajo. No paro de trabajar, soy una persona que no deja de estar buscando la manera de seguir aprendiendo. Tengo un equipo en el que tengo la suerte de que compartimos valores. Por lo tanto, tampoco quiero pensar en si esto funciona o no. No hay carrera que sea constantemente en ascenso.