Pasarela

Intelectuales del amor

  • Eminencias literarias, antiguos rockeros, viejas estrellas 'hollywoodienses' y legendarios deportistas se han dejado embaucar por las bondades de una compañía femenina más joven para hacer de la vejez un trago menos amargo.

Saramago lo explica así: "Yo estaba pasando una mala racha, mi vida sentimental llevaba ya unos cuantos años en una situación de desastre total pero, al conocer a Pilar, sentí que había llegado a una esquina del tiempo. Es la mujer que me ha hecho conocer la cuarta dimensión del amor... Y no pregunten qué es eso de la cuarta dimensión: o la conoces o no vale la pena intentar explicarlo". No pasan de largo estas palabras del escritor portugués, todo un referente ético, que se ríe de aquellos que se burlan de las bondades de una compañía más joven para hacer de la vejez un trago menos amargo. El Premio Nobel de Literatura conoció a la periodista y traductora andaluza Pilar del Río, la que fue su esposa durante los últimos años de su vida, cuando tenía 64 años. Ella había cumplido los 36. "Si Pilar no pusiera más que su juventud física, podría ocurrir que mi vida espiritual no tuviese la riqueza que tiene", afirmó Saramago. Y es que la figura literaria bien podría incluirse en ese grupo de hombres, intelectuales del amor, que en busca del sentimiento juvenil y probablemente un nuevo impulso artístico dan esquinazo a los paños fríos del compromiso prolongado una vez pasados los 60 . Dicen que las mujeres jóvenes son el secreto de la longevidad masculina, casi una reclamación intrínseca del macho envejecido para mantenerse en forma, prolongar el sentimiento de paternidad y lucha contra la efervescencia de los sentimientos en el amor más joven. Esto aún se hace más evidente en los hombres de cierta inquietud artística y literaria.

Como Saramago, estrellas hollywodienses, legendarios deportistas, viejos rockeros y otras eminencias siguen queriendo ser ese principal proveedor, mayor y experimentado, más fuerte, más sabio, más rico y más culto. Un nutrido grupo al que acaba de sumarse Mario Vargas Llosa, del que acaba de confirmarse su noviazgo con Isabel Preysler ( toda una experimentada en esto del la pasión intelectual) o Clint Eastwood, que sale con una camarera 30 años menor. A sus 84 años, el actor y director de cine ya tiene experiencia en esto de compartir su vida con una mujer más joven; estuvo casado casi dos décadas con Dina Ruiz, 35 años menor.

Picasso dijo que "un hombre tiene siempre la edad de la mujer que ama". El corazón del malagueño siempre estuvo marcado por mujeres mucho más jóvenes que él. Su último amor, Jacqueline Roque, tenía 27 años, cuando la conoció en 1952, mientras que él ya había pasado los 70. También fue su musa Marie-Thérese Walter, protagonista de obras como Mujer sentada cerca de una ventana o El sueño. Su relación empezó cuando el pintor tenía 46 años y ella tan solo 17.

El guitarrista Andrés Segovia se casó en tres ocasiones en sus 94 años de vida. Con su última mujer, Emilia Corral, se llevaba 45 años. También encontró bálsamo a su agrio temperamento Camilo José Cela en un corazón cuatro décadas más joven, concretamente en el de Marina Castaño. Cela dijo adiós a su primera esposa, María del Rosario Conde Picavea, confesándole que se había "enamorado como un cadete". "La vida es muy corta y los años que me quedan quiero pasarlos al lado de Marina", le dijo el escritor gallego a la que fue su mujer durante casi medio siglo.

El periodista argentino Daniel Vlanovsky Sack escribió un día sobre el amor. Un artículo que dio la vuelta al mundo en el que habla de desterrar la idea de que los amores se consolidan a simple vista pero también de la oportunidad que todos los corazones, incluso los más maduros, se merecen. Mientras que las mujeres son más temerosas al encontrar un compañero menor en la madurez y quieren evitar bien ser un motivo de burla o culpabilizadas por interesadas si su novio es mayor (y rico), ellos ven esa oportunidad que se merecen al mismo tiempo que alimentan su ego. En todo caso, son diferencias más de forma que de fondo y en todas los casos, en ellos y en ellas, está presente el sofocamiento de la idea romántica del amor eterno.

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