Pasarela

La boda blindada de Pierre

Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo volvieron a sellar ayer su amor en una isla privada y con la escasa presencia de sus familiares más cercanos. Nada que ver con la boda civil que se celebró en Mónaco hace solo una semana, salvo en la discreción absoluta con la que se ha llevado a cabo el enlace, del que apenas han trascendido datos.

Sólo la lluvia, que hizo acto de presencia a primera hora de la mañana, nubló una boda de cuento de hadas en la que no faltaron príncipes, invitados famosos y mucho glamour.

La ceremonia religiosa fue oficiada por el párroco Giuseppe Volpati en la capilla del palacio familiar que los Borromeo tienen en el islote de San Giovanni, la única de las islas del lago Maggiore que no está abierta al público. A esta ceremonia sólo asistieron los familiares más directos de los contrayentes, ya que el resto de invitados esperaba a los novios en otra de las islas Borromeas, en la Roca De Angera, un enclave flanqueado por un castillo medieval que también sirvió de escenario para la boda de la hermana mayor de Beatrice.

Aunque no han trascendido imágenes del enlace, se sabe que Carolina de Mónaco, la madre del novio, lució, fiel a su estilo, una elegante pamela, mientras que su hija mayor, Carlota, optó por un traje en color verde lima. El vestido de la novia sigue siendo el secreto mejor guardado, aunque se da por hecho que ha sido elaborado por Giorgio Armani, uno de los diseñadores de cabecera de Beatrice y amigo personal de la familia Borromeo.

El pequeño Sasha, el hijo mayor de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, fue uno de los pequeños que acompañó a la novia hasta el altar. Como el resto del cortejo, el niño que cumplió dos años la pasada primavera, lució un pantalón blanco y una camisa del mismo tono.

Entre los invitados famosos que acudieron a este enlace, sin duda una de las bodas más destacadas del año, se encuentran los príncipes Haakon y Mette Marit de Noruega, que llegaron acompañados por su hijo Marius, así como la cantante Lana del Rey, que acudió junto a su pareja, Francesco Carrozzini (muy amigo de la familia de la novia), y la hermana de Cara Delevingne, la modelo Poppy Delevingne, que llegó junto a su esposo James Cook.

En la Roca de Angera, los invitados esperaron la llegada de los novios en amplios cojines dispersos por el jardín.

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