Pasarela

Perdonados

  • ¿Qué une al rey Juan Carlos, John Lennon, Kristen Stewart, Tiger Woods y Mel Gibson? Ellos, como Clara Lago, entonaron el 'mea culpa'

Tan cierto es que errar es de humanos como que rectificar es de sabios. Sin ninguna duda, el sentimiento de culpa es uno de los mayores pesos con los que tiene que cargar el que desea ser perdonado. Sentirse mal por algún acto o palabra inapropiada o directamente haberla fastidiado sobremanera crean un sentimiento de resignación, negatividad y frustración que sí, consume. La cosa se agrava cuando eres  famoso y tu imagen pública está en juego. Para colmo las redes sociales, en las que están presentes todos los sectores de la sociedad, con la consecuencia de que alguien se sienta herido es más fácil pues el abanico es inmenso, actúan  hoy como justicieros impacables cuando de condenar se trata. Y no queda otra. No vale con perdonarse a uno mismo. Clara Lago se ha visto practicamente obligada a disculparse publicamente por sus críticas a sus fans y a la fama. La actriz pecó de sincera durante una entrevista en El Hormiguero y tanto lío se montó que le ha tocado entonar el mea culpa. Su imagen estaba en juego, y la acogida en los cines de Ocho apellidos catalanes también. La novia de Dani Rovira se ha sumado así a un largo grupo de celebridades que se equivocaron y que tuvieron que actuar en consecuencia.

Fue el 4 de marzo de 1966 cuando un artículo del London Evening Standard hizo saltar las alarmas  tras unas palabras de Jonh Lennon en las que decía: "Soy más famosos que Jesucristo". Tanto revuelo se armó -y sin Twitter de por medio- que su manager tuvo que dar la cara con un comunicado que explicaba: "John está profundamente preocupado y lamenta que las personas con creencias religiosas se hayan ofendido pues no fue su intenicón". Y es que la historia reciente está plagada de perdones mediáticos. Del "no lo volveré a hacer" del rey emérito don Juan Carlos de Borbón por su accidentada cacería en Botsuana al "mi comportamiento ha sido irresponsable y egoísta" de la superestrella del golf mundial Tiger Woods tras descubrirse su doble vida llena de infidelidades a su esposa sueca. Por su desliz también tuvo que responsabilizarse Kristen Stewart, que fue pillada infraganti con el director Rupert Sanders cuando salía con Robert Pattinson. Líos de faldas también llevaron a Bill Clinton a pedir perdón durante una comunicación televisiva, tras descubrirse su affaire con la becaria Monica Lewinsky a finales de los noventa.

Más sangrantes y complicados fueron los arrepentimientos de Mel Gibson y John Galliano, ambos por insultos antisemitas. Fue en agosto del 2006 cuando Gibson tuvo que sincerarse en una entrevista en televisión para pedir perdón por sus maldiciones contra la comunidad judía. Galliano tuvo que hacer lo propio tras difundirse un vídeo de él ebrio increpando a una pareja de extranjeros en una cafetería de París al grito de "amo a Hitler". El diseñador pidió perdón pero esto  no le valió para ser readmitido en la casa Dior de la que fue fulminantemente despedido de su exitoso cargo de director creativo. "El racismo no tiene cabida en nuestra sociedad", dijo Galliano en su discurso de disculpas.

Otro grande la moda Karl Lagerfeld se vio obligado a rectificar por referirse a la cantante Adele como "guapa pero gorda". Tuvo que explicarse ante la estrella de la música, lo malo es que lo hizo haciéndole llegar bolsos de Chanel gratis. Piqué también dio un paso atrás tras gritarles a unos guardias de tráfico: "voy a hablar con tus jefes y se te va a caer en el pelo" cuando estos le llamaron la atención por aparcar en un carril bus y Bieber pidió perdón -aunque ha vuelto a las andadas- por sus mil tropiezos. "Crecer es duro", afirmó. Por falta de madurez también la fastidió Ariana Grande que fue pillada por la cámara de seguridad de una cafetería lamiendo un donut del mostrador y afirmando que odiaba a los americanos. Una metedura de pata como la de Michael Bublé que incendió las redes tras burlarse del trasero de una desconocida. A todos, como a Clara, le han dado una segunda oportunidad.

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