La despedida de una gran estrella lleva casi de forma intrínseca la polémica. Ya se sabe en todas las familias se cuecen habas y más si hay más de 300 millones de dólares de por medio. Casi una semana después del adiós repentino de Prince, y con todas las incógnitas de la causa de su muerte aún por despejar, la pregunta no ha tardado en aparecer: ¿Quién es el nuevo dueño de la fortuna del ‘príncipe del pop’? Los medios estadounidenses ya empiezan a hacer cábalas. Los Ángeles Times ha puesto un número a ese legado millonario, los 300 millones de dólares más la casa-estudio de Minesota en la que falleció, valorada en 10 millones de dólares, y el palacete marbellí, ya en venta por 5 millones. Todo ello más las ganancias que su marca aún sigue generando, y es que, como dato, en las 72 horas posteriores a su fatal desenlace vendió 600.000 discos, un 42% más que en semanas anteriores, y según Nielsen Music tiene mucho material inédito para publicarse de manera póstuma durante décadas, por lo que su trabajo seguiría generando más y más beneficios. El portal TMZ, el encargado de dar la exclusiva de su triste adiós, asegura que la herencia de Prince, al haber fallecido sus padres y no tener esposa ni hijos, se repartiría entre sus hermanos, sin que Tyka Nelson, su única hermana biológica por parte de padre y madre, tuviera ningún tratamiento preferente respecto a los siete hermanastros del artista, todos por parte de su padre de otras dos relaciones; dos de ellos ya han fallecido con lo que su parte sería repartida entre los hijos de estos. Todo ello se debe a que, según el medio, Prince no tenía previsto un documento legal que repartiera su patrimonio. Nadie imaginaba un final así a sus 57 años, ni él mismo teniendo en cuenta que no había manifestado sus últimas voluntades. Al menos hay constancia de que así es a fecha del 2014; no ha trascendido, por ahora, si en los últimos dos años la gran estrella cerró su testamento, aunque todo apunta a que no llegó a llevar a cabo esos trámites. El asunto es peliagudo pues de ser así su hermana Tyka, la que le acompañó durante toda su vida a pesar de sus más y sus menos a causa de las adicciones de ésta, no tendría ninguna ventaja en el reparto y su parte sería por igual con respecto a los otros siete. Así lo dicen las leyes de Minnesota, lugar donde residía Prince. Tyka y Prince fueron fruto del matrimonio de John L. Nelson y Mattie Shaw, que se divorciaron en 1966 cuando Prince tenía 8 años y Tyka sólo seis. Hoy ésta, a sus 55 años, se queda a cargo de sus seis hijos: Danielle, Crystal, Chelsea, Rachard, Sir Montece y President LenNard. Todos ellos acudieron visiblemente emocionados a la íntima ceremonia celebrada en memoria del cantante en Paisley Park.
El adiós de Prince ha conmocionado al mundo de la música y al celuloide en general. El artista fue encontrado muerto en su casa y sin los resultados de la autopsia son muchos medios los que apuntan a que su muerte se debió a la medicación que tomaba a causa de sus fuertes dolores de cadera, que se negaba a operar, como le habían aconsejado los médicos, debido a sus creencias religiosas. Todo ello tras comprobarse que no hay ninguna razón para sospechar que el artista se suicidó y cuando las autoridades encargadas de la investigación han asegurado que tampoco había signos de traumatismo en su cuerpo. Todo apunta a que el artista no esperaba su muerte. “Trabajó 154 horas seguidas antes de morir. Yo estuve con él y lo vi”, ha revelado en una entrevista su cuñado, Maurice Phillips, a Sky News.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios