Pasarela

Robbie Williams, el último preso del bótox

  • El cantante engrosa la lista de famosos que se arrepienten de haber pasado por quirófano para quitarse unos años.

La cirugía estética se convierte en demasiadas ocasiones en el mejor amigo de los famosos, sobre todo de los que se dedican a la música y la interpretación, que ven cómo cumplir años se convierte en un handicap para mantenerse en los primeros puestos de las listas de venta o a la hora de seguir optando a grandes papeles de Hollywood. Pero no todos los que pasan por el quirófano terminan encontrando a un gran aliado en la cirugía . Son muchos los famosos que han reconocido que fue un error someterse a una intervención para borrar de su rostro o de su cuerpo los signos de la edad. El último que se ha sentido presa del bótox ha sido el cantante británico Robbie Williams, que no ha tenido ningún complejo a la hora de reconocer públicamente que los resultados de la cirugía no han sido los esperados. "Me han hecho rellenos y algo en el mentón, lo que significa que no puedo ni mover mi jodida frente", dijo en los premios Attitude. Williams explicó la presión a la que se somete cada vez que saca un nuevo disco: "Cada vez que entro en un estudio estoy bajo la presión de estás grabando un álbum, más vale que sea un éxito. Tienes 42 años, estás gordo, tus ojos están caídos... ve y escribe un estribillo mejor". Seguramente fuera ésta la presión que le hizo entrar en quirófano para parecer más joven, aunque el resultado no ha sido todo lo satisfactorio que esperaba a juzgar por sus declaraciones.

Pero Williams no ha sido el único que se ha arrepentido de sus retoques estéticos. Actrices de la talla de Cameron Díaz o Gwyneth Paltrow juraron que jamás volverían a pasar por el quirófano para quitarse las arrugas. La primera fue tajante a la hora de valorar los resultados y dijo que cuando se miró en el espejo vio que su cara "no decía nada". Paltrow, por su parte, dijo que tras los retoques "parecía una loca". También Courteney Cox asegura ahora que se arrepiente de los tratamientos que se ha hecho en los últimos años para parecer más joven. La actriz de Friends no asimilaba bien el paso del tiempo y se sometió a diversas intervenciones, tantas que recalca que llegó un momento que "no podía mover la cara". Ahora, a sus 52 años, asegura que ha aprendido la lección y que empezará a aceptar sus arrugas. No es la única que ha reconocido su adicción al bótox, también Nicole Kidman llegó a decir que no podía parar hacerse retoques, aunque en su caso esta declaración quizás llegó demasiado tarde.

Las hay también que añoran su rostro anterior, como le pasó a la cantautora Courtney Love cuando se operó los labios. "Los anteriores eran perfectos", llegó a decir la polifacética estrella. En otras ocasiones los retoques estéticos han jugado peores pasadas, y si no, que le pregunten a la protagonista de Dirty Dancing, Jennifer Grey, cuya operación de nariz la dejó fuera de la industria de Hollywood.

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