Los comerciantes del centro de Ronda no ganan para sustos durante las últimas semanas. Ayer los ladrones volvían a actuar y ponían se punto de mira en un céntrico restaurante de la ciudad, un punto de frecuente paso de personas, un aspecto que no parece importarle a los amantes de lo ajeno. Para acceder al interior del establecimiento forzaron los cierres de la puerta principal, para asaltar la bodega de vinos y licores. Es ya la segunda ocasión que este restaurante sufre un robo parecido, aunque en la primera oportunidad la entrada fue a base de romper los cristales de una de las ventanas. "Esta vez no han hecho mucho destrozo", se consolaba Mari Paz, propietaria del restaurante, mientras los agentes de la Policía Científica trataban de encontrar alguna huella que les pudiese servir como pistas.

El robo de alcohol parece estar de moda, y una muestra de ello es el asalto que la pasada semana evitó la Policía en un almacén del polígono industrial, cuando su propietario se percató que una de las cámaras de seguridad no emitía.

También la pasada semana, y en pleno centro de Ronda, dos fruterías sufrieron el asalto de los cacos, que emplearon cizallas para cortar las persianas y acceder al interior.