La operación de desmantelamiento del primer tranvía de Andalucía ya está en marcha. La ciudad de Vélez-Málaga se quedó ayer sin el primero de sus trenes, que tras meses de preparación quedó embalado para su viaje hasta Australia. A este le seguirán las dos unidades que todavía permanecen en los talleres de la Avenida Juan Carlos I. A su despedida acudieron algunos curiosos y los portavoces de la oposición, que se situaron delante del vehículo para evitar que éste fuese remolcado hasta los camiones que lo llevarán hasta Santander, donde está previsto que embarque hacia Sydney.

Para la próxima semana, estos grupos políticos esperan movilizar a la ciudadanía ya que consideran que el alcalde veleño, Francisco Delgado Bonilla (PP), "está dilapidando el patrimonio veleño con este alquiler". El acuerdo firmado entre la concesionaria del servicio de transporte en la localidad, Travelsa, y la empresa fabricante CAF, que ha sido autorizado por el Ayuntamiento, establece el arrendamiento de los vehículos a una ciudad del área metropolitana de Sydney por dos años. La aportación que percibirá cada doce meses es de 200.000 euros.

Fue precisamente la empresa CAF la que ofreció al alcalde la posibilidad de alquilar las tres unidades que circulaban entre el núcleo principal y Torre del Mar para paliar el déficit de más de un millón de euros que, según Delgado Bonilla, generaba esta infraestructura a las cuentas municipales. Tras aceptar las condiciones, la operación está en marcha.

El traslado comenzó alrededor de las 23:00, después de meses de limpieza, desmontaje, vuelta a montar y empaquetado. Un procedimiento que se hizo pieza a pieza para salvar los requisitos de la normativa medioambiental australiana, con el fin de evitar cualquier tipo de contaminación por flora no autóctona. Tras salir del taller recorrió la Avenida Juan Carlos I para allí ser desmontado en dos partes y ser remolcado hasta camiones de transporte especial. Durante la noche quedó bajo vigilancia en el recinto ferial y no fue hasta media tarde cuando partió con destino a Santander.

En el momento en que se iba a dar el último paso, los portavoces de la oposición, entre ellos, María Salomé Arroyo (PSOE), Marcelino Méndez (PA), Salvador Marín (IU) y otros políticos veleños, se situaron delante del vehículo para evitar su marcha. Permanecieron allí durante dos horas en las que intervino la Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía, que finalmente consiguieron que los ediles depusieran su actitud. "Hay una primera máquina que ya se han llevado, así que ahora lo que tendremos que hacer es organizar a los vecinos para que con las siguientes hagamos acto de presencia con nuestra protesta", manifestó Marín.

Por su parte, el regidor del dijo no estar en contra del sistema tranviario y que lo que hizo fue suspender temporalmente el servicio del tranvía para buscar con la Junta una salida al déficit de este transporte, "que tenía unos costes de explotación tremendamente caros". Delgado Bonilla recordó que el contrato de arrendamiento recoge la opción de vender los convoyes si finalmente no se produce un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Junta sobre la financiación.

El regidor reiteró que "suspensión del tranvía no significa supresión" y precisó que dicho contrato también establece la posibilidad de que las unidades alquiladas vuelvan a Vélez en un plazo aproximado de 15 días "si la Junta diera marcha atrás y apoyara al Consistorio en su financiación". El tranvía, con un trayecto de 4,7 kilómetros, quedó paralizado el 4 de junio de 2012. Tuvo una inversión de 40 millones de euros y nunca llegó a entrar en funcionamiento una segunda fase por el caso urbano de 1.2 kilómetros.