De comedor social a cocina social. El proyecto solidario puesto en marcha hace unos años por la ONG Emaús Obra de Amor en Estepona se ha reconvertido. Las mesas de su salón ya no se llenan a mediodía, pero no porque no haya necesidad, si no porque el perfil del usuario ha cambiado.

Según explica el coordinador del comedor, Ildefonso Abril, ahora se atiende a familias de la localidad de entre 2 y 9 miembros en las que los abuelos han tenido que recoger en sus casas a sus hijos y nietos porque no tienen vivienda propia.

Al haber menores en el seno familiar el comedor facilita la comida a los padres para que se la lleven a casa y coman allí con sus hijos de manera que se mantenga un ambiente lo más normalizado posible de cara a los pequeños. Tantos usuarios cumplen este perfil que finalmente el comedor en sí ha dejado de tener sentido ya que no se acercan hasta él la quincena de usuarios que han llegado a reponer fuerzas a diario sobre sus manteles. Eso sí, los fogones no paran de trabajar para alimentar a diario a unas 60 familias.

Abril se muestra optimista. "Desde Semana Santa hasta hoy se ha notado un descenso en el número de usuarios", apunta, "parece ser que la economía se mueve y por lo tanto las personas reinician su vida laboral y ya no nos necesitan".

El coordinador del comedor recibe con alegría esta noticia. "Ojalá no fuéramos necesarios", apunta, si bien la ONG para la que trabaja ha abierto recientemente un comedor social en Antequera y otro en Vélez Málaga. Esta tendencia parece que también se mantiene en la vecina ciudad de Marbella, donde en algunas sedes de Cáritas están notando una menor afluencia de solicitudes de ayuda, datos que se interpretan con optimismo.

A pesar de esta situación el pleno aprobó en su última sesión una moción presentada por el concejal no adscrito, Enrique Piñero, en la que se acordaba realizar las actuaciones oportunas ante las instituciones competentes para que los comedores escolares estén abiertos durante todo el año.

A unos días de que lleguen las vacaciones de verano se teme que muchos niños pierdan la comida principal, que es la que realizan en el colegio si bien la asociación Ser Humano, que gestiona el comedor social existente en la ciudad, se encarga de garantizar la comida básica a las familias y vecinos de Marbella que más lo necesitan, labor que pueden realizar gracias al apoyo que reciben de diferentes colectivos.