Provincia

Cuadrillas de castañas

  • Españoles y rumanos componen los grupos que manualmente recolectan este preciado fruto

Los bosques de castaños siguen llenos de cuadrillas que se afanan en estos días en recolectar los miles de kilos de castañas que todavía quedan en el suelo, aunque la campaña comienza a llegar a su conclusión. Ahora, lejos de la imagen habitual de los últimos años, los recolectores están compuestos por rumanos y españoles, que siguen siendo la principal mano de obra para este tipo de trabajo. "Es un trabajo duro, pero ahora hay poca cosa más", reconoce uno de los jornaleros rumanos que trabaja en la campaña, en la que ya lleva varios años desplazándose hasta la Serranía de Ronda para participar en la misma. Y eso que este año los erizos que envuelven a las castañas no están demasiado secos, debido a las últimas lluvias caídas en la zona. "Este año con los guantes no hay problema, el año pasado sí que estaban malos y pinchaban mucho", explica otro de los jornaleros. Y es que algunas de las castañas quedan en el interior del erizo y es necesario abrirlo con las manos, con el consiguiente riesgo de pincharse. No obstante, todos reconocen que se trata de un trabajo duro por las circunstancias en las que desarrolla, ya que se la recogida se sigue haciendo de forma manual y los castañares se sitúan en terrenos de mucha pendiente, lo que provoca que en ocasiones se tenga casi gatear para poder buscar el preciado fruto en el suelo entre los erizos abiertos.

En cuanto a la producción, esta campaña, a pesar de que las lluvias llegaron casi en el momento adecuado, la carga de lo castaños ha sido muy desigual en función del área en el que se encuentran situados. "En esta zona está bien, pero hay otras en las que hay muy pocas castañas", explica Benito, uno de los propietarios de castaños.

Un argumento que también mantienen desde la cooperativa de Pujerra, apuntando a una menor producción y una muy desigual presencia de castañas en función de la zona. De hecho, en algunos puntos casi no hay castañas, mientras en otros se trata de un año situado dentro de la media. En su caso, cuando el pasado año la producción alcanzó los 1,5 millones de kilos, este año esperar cerrar temporada con unos 500.000 kilos menos.

Mientras tanto, los productores se mueven entre la satisfacción y la contradicción, debido a que los precios se están comportando adecuadamente, moviéndose en cifras no inferiores a los 2 euros por kilos. No obstante, la reducción de la producción podría hacer mermar sus ingresos, aunque muchos coinciden en que la pasada campaña fue muy buena.

Unos precios que nuevamente vienen marcados por la competencia que los compradores, especialmente italianos, están teniendo para hacerse con las castañas de la Serranía de Ronda, que están siendo compradas de forma directa y sin intermediarios.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios