La apertura de la Casa del Gigante, que fue cerrada desde el año 2012 para su reorientación de cara a fomentar este espacio entre los visitantes, tendrá que retrasar su apertura al público ante el problema que está ocasionando la presencia masiva de palomas.

La situación era reconocida por el propio delegado municipal de Turismo del Ayuntamiento de Ronda, Jesús Vazquez, que confirmó que estaba previsto poder abrir nuevamente este espacio para principios del mes de septiembre, aunque será imposible hacerlo ante la invasión de palomas que han sufrido las zonas abiertas del monumento, hasta el punto de que ha sido necesario el poner en marcha un estudio para ver los métodos a utilizar para evitar la molesta presencia de estas colúmbidas que hacen imposible el comenzar a recibir visitantes ante el evidente riesgo de que sus abundantes excrementos terminen sobre el cuerpo de algún turistas.

Por ello, desde Turismo estudian ahora la mejor forma de poder deshacerse de su presencia masiva y poder regular su número hasta el punto de que no representen ningún tipo de problema.

No es el único monumento sobre en el que han producido problemas. En el vecino santuario de la Virgen de la Paz, ambos situados a escasos metros de distancia (dentro del casco antiguo), también han ocasionado daños en la cubierta de madera, por lo que se han tenido que tomar medidas para expulsarlas de este monumento ante el daño que estaban ocasionando.

De momento, Vázquez se mostró optimista en poder encontrar un pronta solución y que la Casa del Gigante pueda abrir las puertas a corto plazo, entre septiembre y octubre es el cálculo inicial, aunque no quiso concretar una fecha a falta de conocer la solución definitiva que pueda adoptarse.

Este edificio, que se construyó entre los siglos XIV y XV, es una de las construcciones nazaríes más importantes que tiene la comunidad autónoma andaluza, pasará a convertirse en un centro de interpretación de la vida doméstica musulmana.

De este modo se pretende desde el Consistorio que este importante palacete tome dentro de la ruta turística de la ciudad la importancia que debería tener un monumento de su valía e importancia, algo que hasta el momento no había logrado, por lo que se procedió a cerrar sus puertas por su baja rentabilidad, una decisión que generó en su momento bastante polémica en la ciudad del Tajo.