"Nos engañan", afirmaba Tomás Gómez, uno de los vecinos del Valle de Abdalajís que ayer inicio la protesta para reclamar que el agua llegue a los grifos de sus viviendas y que tenía la esperanza de que hubiese una solución sin necesidad de llegar a iniciar el encierro y la huelga de hambre que algunos de los afectos comenzaron ayer. El sentimiento de Tomás es generalizado entre el resto de afectados. José Espejo y José Martín coinciden con su vecino y ratifican su misma opinión, y es que ya son tantas las excusas que afirman que les han dado, que ya no creen a los responsables de la empresa Aguas de los Verdiales, que es la encargada del suministro.

En un último intento de alcanzar un acuerdo amistoso, un grupo de vecinos mantuvieron el pasado lunes con el alcalde de Almogía, Cristóbal Torreblanca, (municipio que tiene el 40% de las acciones) en la que aseguran que les reconoció que se estaban realizando otros enganches de agua, por lo que "no hay forma de entender qué ocurre", indicaba Antonio. En este sentido, Torreblanca les habría transmitido que este tema debe ser abordado con la administración concursal de la empresa, al tiempo que les anunció que a lo largo de esta semana estaba previsto celebrar una reunión entre los diferentes responsables políticos de la sociedad y el administrador concursal para abordar dicho asunto.

El propio regidor corroboró a este periódico que es el administrador concursal tiene la última palabra en este tema, que fue tratado ayer nuevamente con la persona designada para tal fin, habiéndose encargado que se vea nuevamente este asunto con los técnicos de Emasa para tratar de darle solución, algo que Torreblanca espera que se pueda producir "pronto". Estos técnicos serán los encargados de realizar un informe sobre si hay el caudal suficiente para dar agua a 40 familias, ya que existen dudas sobre la capacidad de esta captación.

Torreblanca reconoce el derecho de los vecinos del Valle de Abdalajís a disfrutar de esta agua en caso de que lo solicitasen, ya que así se recogió en el convenio firmado para autorizar el sondeo, eso sí, matizaría que siempre que fuese viable.

Los vecinos mantienen su incredulidad y su decisión de mantener la protesta hasta que llegue el agua, y es que recuerdan una reunión anterior en la que se vinculó la solución a que los alcaldes diesen su visto bueno. Mientras los afectados dejaban patente su indignación, otros vecinos recuperaban de los sótanos del Ayuntamiento del Valle de Abdalajís las pancartas utilizadas en encierros y que pensaban que nunca más tendrían que colocar.

"De aquí no nos vamos mientras no salga el agua por los grifos", decía Ramiro. Otro de las concentrados explicaba que con su protestan persiguen descubrir cuál es el problema real por el que no disfrutan todavía del preciado líquido elemento. "Hemos tenido una paciencia infinita", indicaba otro vecino, que entendían que se hayan gastado más de 200.000 euros en realizar la obra, la mayoría procedente de fondos europeos, y ahora nadie se preocupe por conseguir que la infraestructura entre el servicio.