Uno de los rincones con más encanto de Ronda, el conocido como Paseo de los Ingleses, luce ya con un rejuvenecido aspecto, después de las obras de reforma que se han llevado a cabo. El pasaje, situado junto a la Alameda del Tajo y que bordea la cornisa del Tajo, se encontraba en los últimos tiempos en unas condiciones lamentables y eran muchas las voces que demandaban su arreglo. Ayer, por fin, fue abierto a rondeños y turistas después de cuatro meses de obras, aunque las condiciones meteorológicas, con lluvia y fuertes rachas de viento, no hicieron del momento de inauguración el más idóneo para contemplar las mejoras.

Las reformas han tenido un coste de 280.000 euros, procedentes del préstamo ICO, y han consistido en la sustitución del albero del suelo por una solería de piedra antideslizante, la construcción de nuevos bancos para el descanso y el recreo de los visitantes, el aumento en la altura de los muros que dan al tajo y la instalación de un sistema de iluminación indirecta de tono amarillo y bajo consumo. Además, se han llevado a cabo trabajos de jardinería, dando especial relevancia a las especies autóctonas.

El alcalde de la ciudad, Antonio Marín Lara, apuntó que el objetivo de la reforma era dar "una pizca de modernismo" al paseo pero manteniendo "cierto sabor original" y afirmó que se trata de unas de las obras de las que más "orgulloso está". Los trabajos tendrán una segunda fase, que consistirá en la remodelación y apertura del tramo que en la actualidad permanece cerrado y que se comunica con el Hotel Reina Victoria. No en vano, en los orígenes del hotel este paseo era el que usaban sus huéspedes para llegar al centro de Ronda. La idea de volver a abrir esta vía de comunicación es una vieja aspiración que ahora podría llegar a cumplirse. En este sentido, el regidor anunció que ya se han mantenido contactos con la Fundación Unicaja, propietaria del hotel y del citado tramo.