Ni causa cáncer ni hipotiroidismo. Los estudios de máxima evidencia científica otorgan a la soja un papel destacado en una alimentación saludable. En los últimos años, su precio ha bajado y el sabor ha mejorado, según un experto.

Al teclear en el conocido buscador Google las palabras "consumo de soja", las dos primeras entradas recogidas remiten a los peligros de consumir este vegetal, un alimento de los más frecuentes en la dieta de los asiáticos y, desde hace algunos años, cada vez más presente en las estanterías de los supermercados españoles.

Y es que la ciencia es clara al concluir que la soja no solo no es peligrosa para la salud, sino beneficiosa dentro de unos hábitos de vida saludables, como se ha recordado en el seminario Mitos y Realidades Sobre la Soja, organizado recientemente por el Instituto Tomás Pascual.

El jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital General de Ciudad Real, Javier Haya, uno de los ponentes de esta actividad lo tiene claro: la soja se debe de incluir en la alimentación diaria. El médico predica con el ejemplo: todas las mañanas toma dos vasos de bebida de soja acompañada de café; por la tarde, añade un tercero.

Haya apunta a que el origen de estos mitos negativos en torno a la soja viene de entidades con intereses creados. En concreto, señala que las industrias cárnicas estadounidenses están detrás de la Weston A. Price Foundation, la entidad que lucha por la recuperación (sic) de la "auténtica dieta estadounidense" y que desaconseja encarecidamente el consumo de soja. De hecho, Haya reconoce que la mayoría de estos bulos que se pueden leer en Internet son de origen estadounidense y, algunos, argentinos. "En España no se publican noticias negativas sobre el asunto", destaca.

Sin embargo, el especialista cree que la población "sí se cree" las cosas negativas que se dicen sobre la soja, porque "se quedan más estas informaciones que las positivas". Y eso que los beneficios de este alimento son variados: con un contenido nulo de grasas saturadas es, según Haya, un perfecto sustituto para la leche de vaca, incluso la desnatada. Además, no tiene colesterol y su consumo previene frente al cáncer de mama. Según acalara el experto, "esto último solo está probado con estudios epidemiológicos, porque sería muy difícil llevar a cabo un ensayo clínico para demostrarlo, pero los datos nos dicen que en Asia, donde el consumo es muy habitual, hay una menor incidencia de cáncer de mama que en los países occidentales", explica Javier Haya.

El ginecólogo apunta a que los alimentos a base de soja -él menciona especialmente la bebida de soja- han reducido su coste en los últimos años, además de mejorar su sabor. "Antes tenían un regusto raro", reconoce. Por eso, no duda en recomendar su inclusión en la dieta a toda la población, incluso a aquella a la que más se dirigen los bulos de Internet, como las mujeres postmenopáusicas o las que presentan hipotiroidismo.

El único efecto secundario que, bromea, tiene la soja es el de provocar flatulencias, "como todos los alimentos de origen vegetal". Pero al igual que Haya no tiene dudas en recomendar el consumo de soja, también es claro al afirmar que este no sirve de nada si no se acompaña de otros hábitos de vida saludables. "Lo lógico es tomar también un vasito de vino tinto al día, pescado azul al menos una vez a la semana y que toda la grasa que se utilice sea de aceite de oliva virgen extra", comenta.

Además, el especialista añade que "de nada sirve pasarse a la soja si se fuman dos cajetillas de tabaco diarias", exagera, recomendando también la práctica de, al menos, "media hora diaria de ejercicio".