Salud y Bienestar

Un paciente más informado es más partícipe de sus decisiones

  • La relación médico-paciente es especialmente importante ante la esclerosis múltiple.

En los últimos años, el paciente ha adquirido un papel más activo en la gestión de su propia enfermedad, y por eso, gracias a que dispone de mucha más información, la decisión sobre el tratamiento más adecuado la consensúan médico y paciente, para así poder personalizar más los tratamientos en virtud de aspectos como su lugar de trabajo, sus miedos o su aceptación de la realización de exploraciones complementarias. El avance terapéutico registrado en los últimos años ha logrado cronificar la esclerosis múltiple (EM), permitiendo vivir más años con la patología y con una mayor calidad de vida. Pero eso también exige dar más importancia a los resultados a largo plazo de las terapias, como se ha comprobado en un simposio titulado 'Lo que decido hoy, importa mañana', organizado por Merck en el congreso anual de la Sociedad Andaluza de Neurología , que se ha celebradorecientemente en Córdoba.

Este cambio en el manejo terapéutico obliga a llevar a cabo un análisis de muchos años de las opciones disponibles, puesto que las decisiones que médico y paciente tomen desde el momento del diagnóstico en el manejo de la enfermedad del segundo van a afectar a su calidad de vida a muy largo plazo. Según el doctor Guillermo Izquierdo, moderador de este encuentro y coordinador de la Unidad de Esclerosis Múltiple y jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Virgen de Macarena, de Sevilla, que recuerda que "ya existen terapias que han demostrado su eficacia y seguridad a largo plazo". Incidir en el largo plazo es muy importante en una enfermedad crónica como la EM, ya que con el paso de los años pueden surgir problemas que a corto o medio plazo no estaban previstos. "Se trata de una enfermedad con la que el paciente va a convivir durante muchos años, pero es cierto que muchos de los ensayos clínicos comprueban la eficacia y la seguridad durante los dos o tres primeros años y no más adelante. Hay que buscar una mejora en la calidad de vida a largo plazo", según el Izquierdo.

Cuanto más personalizada es la terapia, más posibilidades hay de obtener una mayor adherencia al tratamiento: "Se ha demostrado que la efectividad de los tratamientos se incrementa cuando la adherencia supera el 80 por ciento", afirma Izquierdo que añade que "la existencia de dispositivos electrónicos de administración del tratamiento nos ayudan a controlar esta adherencia".

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