El 75,36 por ciento de los canarios se opone a las prospecciones petrolíferas en aguas próximas a las islas, según una encuesta encargada por el Gobierno autonómico a las universidades de La Laguna y de Las Palmas de Gran Canaria. La encuesta, para la que se han hecho 2.772 entrevistas a mayores de 16 años en las siete islas y que cuenta con un margen de error del 2 por ciento, indica que el 15,37 por ciento de los canarios es favorable a las prospecciones, mientras que el 9,27 por ciento no sabe o no contesta.

El estudio ha sido presentado este lunes al presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, por el equipo de catedráticos y profesores que la ha elaborado, encabezados por el catedrático de economía José Luis Rivero. En el sondeo se concluye que el 74,1 por ciento de los canarios es favorable a que el Ejecutivo autonómico siga oponiéndose institucionalmente a las prospecciones, mientras que el 17,5 por ciento es contrario y el 8,4 por ciento no sabe o no contesta.

En todos los segmentos de población, la oposición a las prospecciones es mayoritaria, aunque se observan patrones como que son más contrarios los habitantes de las islas más cercanas al lugar de los sondeos, así como los que cuentan con más rentas y estudios. Por islas, la mayor oposición a las prospecciones se localiza en las islas orientales, con Lanzarote a la cabeza, donde se opone el 83,8 por ciento, seguida de Gran Canaria (80,5) y Fuerteventura (72,9). En las islas occidentales la oposición a las prospecciones la encabeza Tenerife (71,8 por ciento), seguida de La Gomera (63,9 por ciento), La Palma (57,1) y El Hierro (56,9).

Por edad, la mayor oposición se produce entre los que tienen entre 25 y 39 años, con un 81,6 por ciento de oposición a las prospecciones, mientras que los de 65 o más años son contrarios en un 68,4 por ciento. Las mujeres son más contrarias a los sondeos petrolíferos que los hombres, un 78,1 por ciento frente al 72,5 por ciento, según el estudio de opinión, que también refleja que a mayor nivel de renta y de estudios existe más oposición.

En el sondeo de opinión, se pregunta también por los problemas más importantes de la isla de residencia del encuestado, entre los que aparecen, por ese orden, el paro, la sanidad, la educación, la corrupción política, la vivienda, la inmigración, las carreteras y, en octavo lugar, la energía. En otra de las preguntas, se pregunta si el vigente sistema energético, basado en el uso de gas y petróleo, es compatible con un modelo turístico respetuoso con el medio ambiente, a lo que el 71,2 por ciento contesta que no, el 18,7 por ciento dice que sí y el 10,1 por ciento no opina.

Otra de las preguntas incide en el grado de satisfacción de los encuestados por vivir en su isla de residencia, clasificación que encabeza La Gomera, con un 80,5 por ciento que está satisfecho o muy satisfecho, seguida de El Hierro (78,8), Lanzarote (69,4), Gran Canaria (67,8), Fuerteventura (64,8), Tenerife (63,7) y La Palma (59,4). Según los autores del estudio, los que declaran sentirse no satisfechos con su isla se oponen en mayor medida a las prospecciones que los que dicen sentirse satisfechos, aunque en todos los casos son mayoritariamente contrarios. La mayoría de los canarios cree que su isla se ha estancado o empeorado en los tres últimos años, y sólo el 10,3 por ciento piensa que ha mejorado.

Por islas, los ciudadanos que perciben mejoras son más en La Gomera (23,2 por ciento), por delante de Fuerteventura (23), Lanzarote (20,8), El Hierro (12,5), La Palma (11,7), Tenerife (9,1) y Gran Canaria (7,7). Según el estudio, la oposición a las prospecciones es mayor entre los ciudadanos que perciben que la situación de su isla ha empeorado.

El estudio ha sido elaborado por José Boza Chirino, profesor de métodos cuantitativos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC); Serafín Corral Quintana, profesor de economía aplicada de la Universidad de La Laguna (ULL); Ginés Guirao Pérez, catedrático de métodos cuantitativos de la ULL; Luis Javier López Martín, catedrático de métodos cuantitativos de la ULL; y José Luis Rivero Ceballos, catedrático de economía aplicada de la ULL.