Sociedad

El copiloto estaba de baja médica cuando ocurrió el accidente y lo ocultó

  • La Fiscalía afirma haber encontrado documentos que certifican que Lubitz tenía problemas psiquiátricos, de los que estaba siendo tratado. Lufthansa pagará 50.000 euros por cada pasajero.

Andreas Lubitz, el copiloto que presuntamente estrelló de forma deliberada el avión de Germanwings, estaba de baja médica y en tratamiento psiquiátrico desde hacía tiempo, según informan medios alemanes. Entre los documentos hallados en los registros efectuados en sus domicilios se encontró una baja médica emitida por un neurólogo y psiquiatra, informa la edición digital del diario Süddeutsche Zeitung. Según ese medio, Lubitz se había sometido durante bastante tiempo a varios tratamientos psiquiátricos, a cargo de distintos médicos, el último de los cuales le había emitido la baja que, según informó previamente la fiscalía de Düsseldorf, el copiloto había roto y presumiblemente ocultado a su empleador.

El diario berlinés Der Tagesspiegel informa, por su parte, de que Lubitz, de 27 años, había seguido un tratamiento por depresión en la Clínica Universitaria de Düsseldorf. En un comunicado, ese centro médico aclaró que efectivamente Lubitz había sido atendido ahí y que su última visita de produjo el día 10 de marzo. Calificó no obstante de "incorrecto" que fuera para un tratamiento por depresión e indicó que había sido para contrastar diagnósticos, sin dar más detalles. La clínica se amparó en el precepto de la confidencialidad médica, que impide concretar esos extremos, aunque señaló que ha trasladado la información pertinente a la fiscalía de Düsseldorf.

La fiscalía de esa ciudad de Renania del Norte-Westfalia informó este viernes del hallazgo en uno de los domicilios de Lubitz de distintos documentos médicos, incluida una baja rota vigente el día de la catástrofe. Fuentes de la fiscalía negaron que en esos registros se hubiera encontrado una carta de despedida "ni indicios que apunten a un trasfondo político o religioso" para su proceder. Hasta ahora se sabía que el copiloto de Germanwings había interrumpido durante unos meses, en 2009, su formación en el centro profesional de Lufthansa.

El presidente de aerolínea, Carsten Spohr, informó de la interrupción de ese periodo de formación, pero rehuyó concretar a qué se debió, ateniéndose a que está bajo la prerrogativa de la confidencialidad médica. El copiloto causante de la tragedia en el vuelo 4U9525, procedente de Barcelona y con destino Düsseldorf y que llevaba 150 personas a bordo, empezó su aprendizaje a los 14 años en un club de aviación local e ingresó en la escuela de Bremen de Lufthansa en 2007. En 2009 se produjo la interrupción por unos meses de la formación, que reanudó con posterioridad hasta ingresar en Germanwings, filial de bajo coste de Lufthansa, en 2013. Spohr insistió en que, tanto al ingresar en la escuela como al reanudar y completar su instrucción, Lubitz pasó los más rigurosos exámenes, físicos y mentales.

La presencia siempre de dos personas en cabina, primera reacción al desastre

La conmoción por la catástrofe del Airbus A320 ha llevado a una reacción en cadena de las aerolíneas: la obligación de que haya siempre al menos dos personas en la cabina. Mientras los gendarmes trabajan por recuperar la segunda caja negra -que debería eliminar las dudas que quedan sobre la secuencia de los hechos-, las compañías aéreas parecen dar por buenos los primeros indicios y se han apresurado a reformar sus normativas internas.

El paso definitivo lo dio la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) al emitir una "recomendación provisional" a las autoridades nacionales y a las aerolíneas para que siempre haya "al menos dos personas autorizadas" en las cabinas de vuelo. La agencia lanzó su aviso tras consultar a los estados miembros, con las primeras conclusiones en la mano acerca del siniestro. El organismo europeo, con sede en Colonia, aconsejó a los operadores evaluar las medidas de seguridad en caso de que uno de los ocupantes de la cabina la abandone "por necesidades operativas o fisiológicas durante las fases no críticas del vuelo", es decir, fuera del aterrizaje o el despegue. La EASA abre la puerta a "otras medidas equivalentes para minimizar riesgos", sin concretar cuáles, en caso de que uno de los pilotos deba dejar su puesto.

La reacción en cadena entre las aerolíneas europeas había comenzado ya el día anterior, pero este viernes tuvo una onda expansiva incluso entre las autoridades nacionales de aviación. Países como Austria y Portugal instauraron la norma de forma inmediata, aunque el gesto más simbólico lo realizó la compañía Lutfhansa, matriz de Germanwings, que anunció la adaptación de esa regla lo antes posible. Además, ha ampliado sus estructuras de seguridad y ha creado un nuevo puesto de Seguridad del Piloto dentro del grupo, que asumirá el comandante Werner Maas. La norma de dos personas en todo momento en cabina se aplica ya de forma regular en vuelos intercontinentales o en otras regiones del mundo como Estados Unidos, pero hasta ahora no se hacía de forma generalizada en el espacio aéreo europeo. Otras aerolíneas de gran implantación en el continente como Air France o KLM se sumaron a la norma, cuya ausencia había despertado las quejas y la incomprensión de los familiares de los fallecidos.

Las profundas heridas abiertas por la tragedia alcanzan también al colectivo de pilotos, que anunciaron en Francia que se querellarán por las filtraciones en medios de comunicación sobre la investigación del caso. El Sindicato Nacional francés de Pilotos de Línea (SNPL) consideró que la filtración al diario The New York Times sobre el contenido de una de las cajas negras de ese aparato constituye un serio incumplimiento de las normas de investigación fundamentales.

Mientras, la investigación continuó sobre el terreno, con los esfuerzos enfocados en hallar la segunda caja negra del aparato, que registra los parámetros técnicos, para acabar con cualquier especulación sobre lo sucedido. Los expertos creen que con ella podría descartarse de forma definitiva la posibilidad de que el copiloto del aparato sufriese un desvanecimiento y bloquease de forma fortuita el acceso a la cabina, lo que impidió al comandante de la nave entrar y detener la caída.

Lufthansa pagará 50.000 euros por cada pasajero a los familiares de las víctimas

La compañía aérea alemana Lufthansa informó de que pagará 50.000 euros por cada pasajero a los familiares de las víctimas. Estos pagos, que son una ayuda financiera inmediata, no afectarán a las reclamaciones que realicen las familias a las compañías aseguradoras. Tanto Lufthansa como Germanwings están "en contacto directo con los familiares y esta ayuda financiera se producirá de una forma directa, no burocrática y lo más fácil posible", agregó el portavoz. La misma fuente dijo que "las familias padecen ahora suficiente dolor y no deben tener dificultades financieras".

La compañía alemana Allianz aseguró el vuelo 4U 9525, a través de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS), que es la aseguradora principal a todo riesgo y de responsabilidad civil de Germanwings y del vuelo que cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf. Como es habitual en los seguros de aviación, AGCS asume la cobertura de forma conjunta con más aseguradoras. 

Sin motivaciones aparentes terroristas

El Gobierno alemán explicó que el avance de las investigaciones sobre el copiloto que presuntamente estrelló de forma voluntaria este martes un avión en los Alpes franceses no han dado por el momento con ningún "indicio" de motivación terrorista. El portavoz del Ministerio de Interior, Johannes Dimroth, realizó estas declaraciones en un encuentro regular con medios de comunicación en Berlín, un día después de que la policía alemana se incautase de gran cantidad de documentos personales en las dos viviendas del principal sospechoso de los hechos, el copiloto Andreas Lubitz. "Hasta el momento no hay ningún indicio de motivación en ese sentido", aseguró el portavoz en respuesta a una pregunta sobre el posible trasfondo terrorista de la tragedia del vuelo 9525 de Germanwings, una filial de bajo coste de Lufthansa, en el que murieron las 150 personas que viajaban a bordo, en un vuelo entre Barcelona y Düsseldorf.

Dimroth explicó, no obstante, que en esta investigación -como en todas- se estudia en todas direcciones, también en la línea de una motivación terrorista, aunque sólo sea para poder descartarla totalmente. Por el momento, agregó, los datos recabados por la policía alemana no han aportado nada que permita avanzar en esta dirección, lo cual tampoco significa que esta línea de investigación se haya cerrado del todo.

Los agentes, que abandonaron con bolsas y cajas los dos inmuebles, actuaban bajo las órdenes de la fiscalía federal en Düsseldorf, que en un comunicado explicó que su objetivo es reunir "documentos personales" del copiloto que ayuden a esclarecer los motivos que le pudieron llevar a estrellar el avión. La fiscalía indicó que el análisis de las posibles pruebas llevará "algún tiempo", pero garantizó que informará sin demora a los familiares de las víctimas y a la opinión pública de cualquier novedad esencial en la investigación.

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