TV-Comunicación

'Juego de Tronos' y nada más

  • La crudeza, el elenco, el guión y el impacto son algunos ingredientes que han contribuido al éxito de 'GoT', que rueda su quinta temporada en Sevilla

Como el revuelo que causa el aleteo del fastuoso Drogon, el temible dragón de Daenerys Targaryen, cuando decide surcar los cielos en busca de una presa, Juego de Tronos crea la misma agitación en Sevilla y por toda Andalucía con este rodaje de su quinta temporada en los Reales Alcázares. Y no es para menos, pues hasta algunos actores, que no se les esperaba con ese desparpajo junto al Guadalquivir, han despertado el lado más forofo de muchos seguidores mientras hacían turismo por el centro de Sevilla. Tal es el caso de Jerome Flynn, el actor que interpreta a Bronn y cuya aparición ha sido una sorpresa.

Fotos en Instagram y Twitter con los protagonistas caen como agua de mayo y forman parte de un fenómeno fan que traspasa fronteras, pues la adaptación televisiva de la novela Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin ha alcanzado un éxito social inigualable. El impacto internacional de la serie de HBO se alimenta además del merchandising: beber en una taza de Tyrion Lannister o portar una camiseta con el lema "Winter is coming" no es nada raro a estas alturas.

El afianzamiento de esta ficción no tiene nada que ver ni con el contexto de corte fantástico ni con la épica que la envuelve. Con la adaptación fiel de los libros los partidarios de la aventura literaria han caído rendidos a la delicia visual que reporta el drama norteamericano. Pero con la velocidad del desarrollo de las intrigas políticas y el tono de culebrón, dicho sea de paso, han terminado por alcanzar a los tomos y ya empiezan a surgir tramas paralelas o inéditas que no están incluidas en la saga de novelas, por lo que aumenta el atractivo de Juego de Tronos más allá de las críticas que le puedan llover por no respetar la narración.

Un magnífico elenco ayuda mucho a sustentar una historia, pero más todavía cuando cualquier personaje principal es susceptible de sufrir la ira de sus creadores. El espectador, tan pronto como se encariña con un personaje, puede llorar a moco tendido con la repentina e inesperada muerte de uno de ellos, ya que en la trama nadie está a salvo y se matan a personajes constantemente, de la manera más cruel.

La frialdad y lo cruento de algunas escenas también participan en el triunfo de Game of Thrones (GoT), ya que la violencia nunca es gratuita. El argumento se adorna con algunos elementos escabrosos, desde la prostitución y el incesto hasta el uno contra uno y las batallas más épicas. No obstante, el mayor acicate de Juego de Tronos ha sido su relación con el mundo real, el de hoy en día. En un contexto medieval y con personajes redondos, que evolucionan y representan distintas influencias filosóficas y políticas, no es de extrañar que se establezcan analogías con muchos de los acontecimientos que discurren en la vida. Hobbes, Montesquieu, Maquiavelo, corrupción, política y luchas de poder son una constante en la vida y muerte de los personajes. La rebeldía, la fuerza, el noble, el esclavo, el sacerdote; cada personaje representa un canon de la sociedad y enriquece un mundo permanentemente en desarrollo. Alejándose un poco del contenido, no se debe pasar por alto otro de los puntos fuertes, el apartado visual. Si hay algo que consigue uno de los presupuestos más elevados en el mundo ficcional, es hacer realidad cualquier propósito. Enclaves de vértigo y majestuosos se combinan con un vestuario impecable. Un compendio de lugares que surcan toda la geografía, pues Reino Unido, Islandia, Malta, Marruecos, Croacia y ahora Andalucía se perfilan como las regiones que reconstruyen los Siete Reinos. Ver Juego de Tronos (en España se estrenan las temporadas en Canal + Atresmedia tiene los derechos en abierto) es retroceder atrás en el tiempo, a un mundo fantástico, pero en el que el espectador se sumerge y evade por un momento gracias a la atmósfera, bien cuidada. Incluso la banda sonora es culpable de atrapar y jugar con las emociones, ya que sabe cómo mantener la atención e incrementar la tensión en las escenas clave. Por tanto, los decorados, el vestuario y los efectos especiales son dignos de una producción hollywoodense; sobre todo después de 6 millones de dólares de media invertidos en cada capítulo.

Con todo esto, la serie atrae a todo tipo de público porque abarca varios géneros: fantástico, política, drama, familiar, terror, amor, erotismo y violencia. Por supuesto, las historias son múltiples y enrevesadas, por lo que se puede empatizar siempre con alguna. El guión, trepidante, consigue que haya sorpresas a cada minuto, de ese modo aquel que sigue Juego de Tronos sabe que siempre va a pasar algo.

La aparición de GoT pilló por sorpresa a todo el mundo. Antes de que la novela de Martin se llevase a la televisión existían muchos lectores, pero el resto desconocía las historias sobre los entresijos políticos de Poniente, y menos aún las traiciones y luchas entre las distintas casas implicadas. Para más inri, se estableció una comparación con ElSeñor de los Anillos, por lo que eso avivó aún más la llama de la pasión por esta otra "Tierra Media". Juego de Tronos es la serie más comentada en el café, y las posibilidades de internet han hecho que sea la ficción más pirateada de la historia; bastante dice de esta joya de HBO que se ha propuesto destruir tópicos para mostrar que no siempre ganan los malos. Es diferente a todo lo visto hasta ahora.

Si todo lo dicho hasta aquí no es suficiente, sólo hay que nombrar a Tyrion Lannister. El genial Peter Dinklage es la primera excusa para enamorarse de su personaje, su cinismo e ironía, y del drama. Y de otros tantos, como de Jamie Lannister, el guaperas Nikolaj Coster que, por cierto, pasea tranquilamente por Sevilla y hasta paga la entrada al Real Alcázar cuando el portero, que no ha visto la serie, le dice que guarde cola como si fuera un guiri de visita.

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