Antes de las próximas elecciones el Gobierno prepara un renovado panorama en la televisión en abierto con la licitación de seis canales para el múltiple completo de la TDT y el tercio de otro que quedan libres tras el dividendo digital culminado el pasado 31 de marzo. La franja digital disponible se repartirá en tres canales en HD y otros tres canales en señal estándar. 

El Consejo de Ministros aprobaba ayer la medida cuando está a punto de cumplirse un año del cierre de cinco canales en abierto, tres de Atresmedia y dos de Mediaset, y la desaparición previa de otros cuatro (donde funcionaban Marca TV o MTV), atendiendo a la resolución judicial que anulaba las concesiones de 2010, que se establecieron de forma directa según los operadores que ya funcionaban en la TDT. 

Los grandes grupos privados, englobados en UTECA, firmaban ayer un duro comunicado en contra del Gobierno ya que además de establecerse esta licitación de nuevos operadores, concesiones que irán orientadas presumiblemente a medios afines al propio Ejecutivo y a operadores de pago, se deja en el aire el futuro de los canales que comenzaron a funcionar en 2005, y que han sido apercibidos por un expediente judicial que continúa la demanda de 2010. 

Para las cadenas privadas el Gobierno actúa con hostilidad porque "obvia por completo" el hipotético cierre de esos otros ocho canales ante el inminente fallo que debería de dictar en próximas semanas el Tribunal Supremo. En esa resolución quedarían afectadas todas las señales privadas que comenzaron a emitir a partir de noviembre de 2005. Sólo quedarían en el mando, atendiendo a esa resolución, Antena 3, Telecinco, La Sexta, Cuatro y Disney Channel (que ocupa la licencia originaria de Vocento, de 2002), y Discovery Max (la que fue concedida por el presidente Aznar a El Mundo). UTECA lamenta que los espectadores "puedan perder 17 canales gratuitos" y se amenaza de manera velada con fortalecer el espectro de pago de la TDT. De ahí que las privadas entienden que el PP "intensifica el hostigamiento a los canales privados en abierto", críticos con el Gobierno, y que Industria muestra un "completo desconocimiento de las necesidades del sector" y se "persiste en el incumplimiento de los compromisos adquiridos con las televisiones en la transición de la TV analógica a la TDT". Las concesiones anuladas de 2010 fueron un reconocimiento a la implantación de la nueva tecnología.