TV-Comunicación

El último noctámbulo

  • David Letterman se despide de su 'late show' tras 33 años en antena entre la NBC y la CBS.

"Late show must go on". Las noches siguen y Stephen Colbert será quien ponga el telón a la noche yanqui en la cadena CBS desde el jueves 21. Dice adiós el último rostro de un generación televisiva que marcó el ritmo de la televisión en todo el mundo. David Letterman, 6.000 programas después, se despide de los espectadores. Su debut queda bien lejos. Se asomó con la taza sobre la mesa en la cadena NBC el 1 de enero de 1982.

Letterman despuntó en cadenas locales de su Indiana natal antes de probar suerte en Los Ángeles con programas de humor e integrarse en la serie de Mary Tyler Moore (aquí la conocimos como La chica de la tele). Su vis cómica, más bien ácida, le abrió las puertas de su plató propio. Entonces era Johnny Carson la referencia noctámbula; y Jay Leno, por el que optó Carson para su sitio en la NBC, fue su rival a batir. Leno se jubiló hace un año.

Los 90, en lo que a lates se refiere, fueron los del duelo entre el tipo de las gafas, en la CBS, y el gigantón del flequillo en la NBC. Le-tterman también llegó a presentar los Oscar como el maestro Carson, pero su faceta con las estatuillas fue breve. Por aquel entonces, en 1994, llevaba sólo unos meses en la CBS, donde se estrenó en agosto del 93 tras el desplante de Carson.

No hay figura del cine, la música o la política que no se haya sentado junto a Letterman. Bill Murray, que entonces triunfaba con El pelotón chiflado, fue su primer invitado y en esta semana también ha sido uno de los últimos en despedirse del programa de la CBS, junto a Bob Dylan, Adam Sandler, George Clooney, Julia Roberts y la gran matriarca, Oprah Winfrey. Los anfitriones del late night son grandes ídolos para los norteamericanos y esta despedida supone así la conclusión de un estilo y una etapa generacional. Letterman, que tuvo que admitir infidelidades matrimoniales con mujeres de su equipo, se marcha en buena forma a sus 68 años. Tras más de 33 años sufriendo las agudas presiones de los audímetros norteamericanos, no hay cuerpo que pudiera resistir tal batalla durante tanto tiempo. Ahora dice sentirse "desnudo y asustado", huérfano de sus espectadores, fieles que recoge The Colbert Report, el espacio de la CBS que desde el jueves comenzará a las once y media de la noche (en España, a esa hora, el prime time lleva menos de una hora, como bien sabemos). Tal como le pasó a Leno, Letterman no quiere cerrar la puerta del plató del todo, su sombra larguirucha aún podría decir cosas en otra franja, en otros espacios. Su carácter sulfúrico, sus preguntas con comentarios hirientes, han marcado estos años a los seguidores que les iba esa marcha. Hubo entrevistados que no salieron vivos de sus cuestionarios y más de una actriz acabó llorando. Como ejemplo de enormes chistes en estas 6.000 noches, he aquí un buen comentario sobre los índices de audiencia de su propia cadena: "nadie ha visto a los extraterrestres. No me extraña. Nadie los ha visto porque tienen aquí su propio programa, en la CBS". A partir de ahí, si podía pinchar a quien le pagaba, tenía el carril libre para sus bromas viperinas. Entonces el humor estaba más estabulado. Una competencia ampliada y más rejuvenecida y el aluvión de las redes sociales han reconfigurado los lates. Figuras como Jimmy Fallon, el referente actual, optan por más sketches y por jugar (más que hablar) con sus invitados. En España su modelo es más comparable al de Buenafuente que al de Sardá y aquel Crónicas marcianas, que derivó del concepto inicial del late hasta convertirse en un escaparate de los realities de Telecinco.

Colbert, Fallon, Jimmy Kimmel y a Conan O'Brien (que en principio falló en su relevo de Leno) forman la actual relación de noctámbulos en la TV más influyente del mundo.

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