Tras un comienzo complicado Frank Blanco ha conseguido situar su programa en uno de los referentes de la sobremesa. Más de 400 emisiones después del estreno de Zapeando por fin el presentador se va a tomar una semana de vacaciones en la que sus sustitutos serán sus propios colaboradores. Durante sus vacaciones tendrá que recargar bien las pilas porque a la vuelta compaginará el estar al frente del formato diario con su vuelta a la radio en el matinal de Kiss FM.

-Tras casi dos años sin parar en la televisión por fin va a tener vacaciones, aunque será solo una semana...

-Ya me queda muy poquito para mi semana de descanso y no sabes bien lo que estoy deseando que llegue. Aunque serán poquitos días, parece que no quieren perderme mucho de vista (risas). Pero los aprovecharé al máximo.

-Le han buscado a unos sustitutos que se conocen bien el programa, sus propios colaboradores...

-Estoy muy contento de que sean ellos porque me lo voy a pasar muy bien viéndoles, me voy a reír mucho. Ahora es cuando se van a dar cuenta de lo que yo sufro con ellos día a día. Van a saber lo que es ser el profesor de la clase y tener que controlar a los alumnos rebeldes.

-¿Cuál de ellos cree que lo va a hacer mejor?

-Sería muy injusto decantarme por uno u otro. Lo que sí puedo decir es que tengo muchas ganas de ver cómo lo hace Quique Peinado. Es un tío muy organizado, con mucha disciplina, y por eso tengo curiosidad por verle al frente del programa.

-Una de las razones de que usted tenga vacaciones es que el programa ya está más que afianzado pese a que al principio costó mucho arrancar...

-La verdad es que sí, el comienzo fue complicado pero supimos darle la vuelta. Yo no soy mucho de fijarme en los números pero el balance de la temporada es buenísimo. Hemos superado las 400 emisiones, hemos mejorado los datos de audiencia. Además de un año para otro he notado cómo Zapeando es un programa que está en la calle. Salir y hacer que la gente forme parte del programa y el uso que le damos a las redes sociales, sobre todo a twitter, ha ayudado mucho a que así sea.

-En estos 400 programas usted también habrá notado su evolución como presentador...

-Lo he notado muchísimo. Yo ahora digo que soy otro presentador. Ya había hecho otros programas pero en televisión nunca había estado al frente de un formato diario como este. Lo que te da un programa que se emite día a día no te lo da ningún otro. Te hace tener más tablas y no desconectar nunca. Ahora mismo me lo paso mucho mejor que al principio, y siento mucho más que formamos parte de la rutina de los espectadores, es como si formáramos parte de sus familias durante la sobremesa.

-Zapeando es un programa fresco, divertido, rápido... ¿Cómo se consigue un programa así todos los días?

-Echando el resto, algo que todos hacemos, tanto los de delante como los de detrás de las cámaras. Lo más difícil del programa es tener un guión y un teleprompter y que no se note que estamos leyendo. Todos improvisamos y nos salimos del guión pero nos tenemos que ceñir a él todo lo que podemos. Es un texto de unas 40 páginas que nos dan solo media hora antes del programa y que nada más que tenemos tiempo de leer una vez. Pero estando rodeado de tantos profesionales es fácil conseguir esa frescura y rapidez.

-Además transmitís mucho buen rollo y cuando llega alguien nuevo eso no cambia y se nota cómo se integran a la perfección...

-Lo bueno de este programa es el ambiente que hay y que cuando llega alguien nuevo lo arropamos como a uno más. Cuando aterrizan nerviosos les digo que tenemos la suerte de trabajar en un programa que nos permite equivocarnos, reírnos. Al final nos sentimos como en el salón de casa.

-Ahora que Zapeando está asentado va a compaginarlo con su vuelta a la radio, le oiremos en Kiss FM todas las mañanas...

-De momento no puedo decir mucho sobre esto, lo que tengo claro es que continuaré en Zapeando.