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"La serie está tan pegada a la actualidad que asusta"

  • La pareja de Carlos Bardem encarna a su esposa en la ficción Ex actriz porno, su carrera la llevó a México

El nombre de Cecilia Gessa puede no ser muy conocido para la mayoría del público. Esta actriz de 38 años es uno de los rostros secundarios de la serie política de Antena 3, La Embajada. Pero antes de iniciar su carrera en el cine y la televisión, era más conocida por su nombre artístico. Hasta el año 2010 se hacía llamar Celia Blanco y era una de las mayores estrellas del porno tanto de España como del mercado mundial, habiendo rodado con los grandes actores del cine X, entre los que se encuentran Nacho Vidal por ejemplo. Nacida en Madrid e hija, sobrina y nieta de actores de zarzuela y teatro, ha vivido muchos años en México, donde ha desarrollado buena parte de su carrera artística. Pareja (real y en la ficción) de Carlos Bardem y cuñada de Penélope por tanto, precisamente de su mano aparece en este thriller interpretando a la mujer de Paco Cadenas, el mafioso que encarna Bardem.

-¿Cómo es su personaje en La Embajada, Lucía Cadenas?

-Es la esposa de Paco Cadenas, el malo de la serie (risas); bueno, realmente en esta serie, que habla de corrupción política y empresarial, hay muchos malos. Si te pones a pensar, Paco Cadenas es el que más de frente va, ja, ja, ja. Se le ve venir, por lo menos. Bueno, el caso es que Lucía está al tanto de todo lo que ocurre en la embajada, de todo lo que se cuece. Es la mujer que siempre permanece en un discreto segundo plano, de momento... Puede dar muchas sorpresas. De momento, yo me quedo calladita y al lado de mi marido (risas).

-Es la primera vez que participa en una producción española. ¿Cómo está siendo la experiencia?

-Bueno, ya había hecho algunas intervenciones pequeñas en las series Impares, Bicho malo y R.I.S. científica. Pero es cierto que es la primera vez que tengo un personaje fijo, aunque sea secundario. En cine también he hecho cosas en España... La experiencia en La Embajada está siendo increíble. Trabajar al lado de grandes de la pantalla como Belén Rueda, Abel Folk, Carlos (Bardem) y otros muchos me está proporcionando la oportunidad de crecer, de aprender de ellos; estoy muy agradecida a esta oportunidad, por eso quiero aprovecharla al máximo.

-La Embajada es un thriller político sobre el tema de la corrupción en las altas esferas de nuestra sociedad. Un tema muy de actualidad, ¿no?

-Síii, desde luego. A veces estábamos rodando algún capítulo y aparecía en los medios de comunicación alguna noticia relacionada con lo que estábamos rodando... ¡parecía cosa de magia! A veces la realidad supera a la ficción, no es una frase hecha, se cumple en múltiples ocasiones. Con La Embajada ocurre eso, que está tan pegada a la actualidad que a veces puede asustar.

-Entonces, ¿cree que vamos a identificar casos reales con lo que estamos viendo en la serie?

-Supongo que los guionistas han tirado mucho de la realidad, porque casi no hay ni que inventar en La Embajada. Se va a ver reflejado más de un caso de los que vemos en las noticias últimamente, como le digo. Es una serie muy actual y muy real en este sentido, pero está hecha para entretener claro.

-Usted empezó su carrera en el cine porno. Entonces su nombre artístico era Celia Blanco, ahora se lo ha cambiado a Cecilia Gessa...

-Sí, me llamo Cecilia y Gessa es mi apellido materno. Mis abuelos y mi padre estaban muy cerca del mundo de la zarzuela y el teatro, y de pequeña mamé mucho este mundo. Mi abuela era la actriz Fina Gessa. Yo, en principio, opté por otros derroteros; estudié Diseño y Moda y Corte y Confección. Por motivos que no vienen al caso acabé haciendo cine X pero pronto me di cuenta de que lo que estaba haciendo no era lo mío y trasladé mis energías hacia otro lado. De pequeña nunca dije que quisiera ser actriz, pero poco a poco me he ido encaminando a ello.

-Su familia política, los Bardem, son la prueba de que la interpretación viene en la sangre.

-Desde luego, son unos monstruos de la interpretación, los admiro mucho a todos. Son grandes profesionales y mejores personas. No podría tener mejor familia política como usted dice.

-La imagen que da su novio, Carlos Bardem, es la de un tipo duro. ¿Es tan duro como parece en la vida real?

-(Risas). Yo siempre digo que él llena el espacio cada vez que aparece. Yo es que soy superfan de Carlos, la número uno, es un actorazo. Y ¿a nivel personal? ¿Qué voy a decir yo? Que es un hombre admirable.

-Después de La Embajada, ¿tiene pensado quedarse en España y trabajar más en televisión?

-Puees, en cuanto acabe el rodaje de La Embajada vuelvo a cruzar el Atlántico. México me ha acogido con los brazos abiertos, es un país maravilloso y estoy encantada allí, aunque la verdad es que, sobre todo por la serie, he estado viviendo últimamente a caballo entre México y España. Pero, ya le digo, quiero regresar allí para seguir haciendo casting y a ver si surgen nuevos proyectos de cine o televisión. Allí hay una industria audiovisual muy potente.

-¿Hay más trabajo en México que en España? ¿Tan mal está la cosa aquí?

-En México hay más movimiento. No se hacen tantas películas, pero sí más series; tienen una industria más desarrollada, eso es todo. Me parece que en España somos demasiados actores para la industria que existe. Por esa razón me fui allí, para contar con más oportunidades. Cuando hice las maletas, aquí ni siquiera hacía ninguna prueba porque no había proyectos. Hay que buscar el trabajo, no esperar que te busque a ti.

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