Vuelven las malas caras y los dedos acusadores contra los cocineros guarros y los camareros remolones. Vuelve la pesadilla a los restaurantes, quinta temporada del programa de La Sexta que dio la popularidad casi instantánea a su conductor. El 25 de octubre de 2012 debutaba este formato de Warner Bros en España y desde entonces Alberto Chicote es paradigma de exigencia y regañina pública. Hoy vuelve Pesadilla en la cocina, tras El intermedio. Una quinta temporada que para Chicote "es la mejor" por la implicación que han tenido en cada uno de los proyectos. El primero será un barco. Un restaurante flotante, Némesis. Su dueño cree que ofrece un servicio sublime cuando todo es un desastre a bordo, incluidas las camareras y unos platos que no encuentran mesa para depositarlos. El dueño del Némesis, Fred, se empeña en servir carne y no está dispuesto a oír consejos.

Chicote ya ha estado en otros países en las cuatro temporadas anteriores pero en su desplazamiento fuera de nuestras fronteras en esta tanda cree que ha hallado una historia conmovedora. El establecimiento se encuentra en la ciudad holandesa de Utrecht y se llama Ele, porque es también un local con espectáculos flamencos. El dueño está más interesado en la música que en la restauración, lo que obligará al chef a trabajar duro para levantar este establecimiento.

En esta temporada también habrá una entrega dedicada al catering, para ayudar en la boda de una pareja de ilusionados novios; y otra en un camping, gremio donde la calidad y el buen servicio tienden a relajarse.

El director de La Sexta, Mario López, señalaba ayer en la presentación de esta nueva Pesadilla de la cocina de que "el riesgo estaba en no arriesgar", sin renunciar a la sorpresa. Chicote admite que el equipo se esfuerza en ofrecer "casos muy diferentes" en cada andadura para animar a los espectadores a ahondar en las historias profesionales y humanas. Entre los participantes de las próximas semanas se encuentra también "el cocinero más sucio que ha pasado por el programa", adelanta como en una promesa intrigante el popular chef de las broncas.