Centenario de la Monumental de Barcelona

Del amargo cierre a un hilo de esperanza

  • El 12 de abril de 1914 fue inaugurada por Pastor, Bienvenida, Vázquez y Torquito Sin festejos, está pendiente el fallo del Tribunal Constitucional contra la prohibición del Parlamento catalán

Hoy se cumple el centenario de la plaza de toros Monumental de Barcelona, sobre la que pende un decreto de prohibición de celebración de espectáculos taurinos, por una ley dictada por el Parlamento catalán -en vigor desde el 1 de enero de 2012-, en la que los nacionalistas impusieron una de sus ideas aldeanas, con el visto bueno de los socialistas. Un repaso por la hemeroteca demuestra que aquel cierre tenía sencillamente una raíz política, al considerar los Toros como elemento identitario de España. De hecho, continúan los correbous en la Cataluña del Ebro, granero de votantes de partidos independentistas.

La historia de las corridas de toros en Cataluña se remonta a varios siglos y a comienzos del XX Barcelona es una de las ciudades claves del orbe taurino; especialmente con el revulsivo de su Monumental, que se inauguró el 12 de abril de 1914, con Pastor, Bienvenida, Vázquez y Torquito, quienes lidiaron ocho toros de Veragua, en un escenario cuyo aforo era de 8.000 localidades.

Debido al crecimiento de la afición, el 27 de febrero de 1916 se ampliaron tendidos y graderíos hasta alcanzar las 20.000 localidades, en un reestreno con José Gómez Gallito, Francisco Posada y Saleri II, con astados de de Benjumea. Los arquitectos Ignasi Mas Morell y Domingo Sugranyes remataron esta ampliación dando al inmueble, uno de los más bellos de esa ciudad, su actual estilo neomudéjar y bizantino.

Por la Monumental han pasado las máximas figuras del toreo. Desde Manolete, quien debutó allí en 1939 y colocaba el cartel de No hay billetes, hasta nuestros días, con José Tomás. Estos dos diestros, junto con Chamaco, han apasionado a una afición seria y conocedora de la lidia. Como también lo hicieron, en sus respectivas épocas, Domingo Ortega, Pepe Luis Vázquez, Carlos Arruza, Bernadó, Ordóñez, Dominguín, Romero, Bienvenida y Palomo Linares.

José Tomás, quien eligió Barcelona para su reaparición en 2007, colocó en varias ocasiones el No hay billetes, incluido el 25 de septiembre de 2011, festejo en el que compartió cartel con Juan Mora y Serafín Marín, en el último festejo taurino hasta la fecha.

Desde los años 40 a los 60, Barcelona contó con tres cosos y en la Monumental, situada en el barrio del Ensanche, se celebraban toros todos los días festivos e incluso los jueves. Acabó relegando a Las Arenas, en la Plaza de España, y la plaza del Torín, en la Barceloneta.

Destinada actualmente a otras actividades, los aficionados están pendientes de que el Tribunal Constitucional falle sobre el recurso a la citada prohibición. De momento, entre los destinos previstos para la Monumental, algún político del Ayuntamiento de Barcelona apuntó el pasado invierno su conversión en una Mezquita.

Parece complicado que quienes han prohibido la tauromaquia y no acatan la Constitución en otros temas, permitan ahora que los toreros vuelvan a dibujar lances y pases en su ruedo. La Iniciativa Legislativa Popular Taurina (ILP), con el respaldo de más de 600.000 firmas y cuya recogida se inició en Cataluña, es una de las razones que todavía alimentan el hilo de esperanza de que la famosa Monumental, en sus orígenes conocida como El Sport, pueda abrir sus puertas al toreo.

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