Toros

Faraón de Camas con alma sevillana

  • Curro Romero, por unanimidad, galardonado con el II Premio Taurino Ayuntamiento de Sevilla por su toreo excelso

El diestro retirado Curro Romero ha sido galardonado con el II Premio Taurino Ayuntamiento de Sevilla. El Faraón de Camas, según el jurado, representa valores de la ciudad, como ese sentimiento artístico que ha transmitido gracias a su singular, artístico y excelso toreo.

El Faraón de Camas, según considera el jurado que lo designó por unamidad, representa valores de la ciudad sevillana que ha transmitido gracias a su  toreo excelso y a su singular e indiscutible trayectoria. El jurado estuvo compuesto por el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano; el director de Fiestas Mayores, Rafael Rivas, el torero Eduardo Dávila; el empresario Ramón Valencia; el aficionado Francisco Ayala y los críticos taurinos Carlos Crivell, Fernando Carrasco, Álvaro Rodríguez del Moral, Álvaro Pastor, Emilio Trigo, Andrés Amorós y Luis Nieto.   

En la primera edición el premio fue otorgado a Pepe Luis Vázquez, a título póstumo. El trofeo, una escultura realizada en bronce por la artista May Perea, será entregado por el alcalde, Juan Ignacio Zoido, en la víspera de la próxima Feria de San Miguel.   

Curro Romero (01-12-1933) comenzó su singladura como torero para evitar “fatigas”. A los 12 años ya echaba peonás de hombre y en aquella época los toreros eran los que más dinero ganaban en España. En el campo trabajó dos años y luego lo hizo en un par de farmacias. En aquellos comienzos se fijó en el excepcional manejo del capote Salomón Vargas, que lo hacía como Cagancho. Entre otros toreros, ha sentido predilección por Antonio Ordóñez, Rafael de Paula y Pepe Luis Vázquez (padre e hijo).

El Faraón de Camas se presentó en público en La Pañoleta el 25 de julio de 1954, alternando con Limeño. Después de actuar en media docena de novilladas sin picadores, se estrenó con caballos en Utrera el 8 de septiembre de ese año. El servicio militar, que cumplió en la Maestranza de Artillería de Sevilla, le frenó. El 26 de mayo de 1957 debutó en el coso del Baratillo, sustituyendo a Mondeño, y consiguió su primer triunfo histórico al cuajar al novillo Radiador, de Benítez Cubero. En sus 47 temporadas en activo, 42 de ellas como matador de toros, consiguió un palmarés excepcional: cinco Puertas del Príncipe en Sevilla, siete Puertas Grandes en Madrid y media docena de corridas en solitario. 

En el albero de la Maestranza escribió páginas irrepetibles para la historia. Con su inspirada caligrafía torera, El Faraón de Camas, el torero que más veces ha hecho el paseíllo en la plaza sevillana, triunfó en sus tres tardes en solitario: el 19 de mayo de 1966, en tarde apoteósica en la que cortó ocho orejas a un encierro de Urquijo; el 13 de junio de 1968, cuando consiguió cuatro apéndices y el 29 de junio de 1972, fecha en la que recibió tres trofeos. Sus otras tres actuaciones en solitario tuvieron lugar en Madrid (21 de septiembre de 1967), Málaga (2 de junio de 1969) y Ronda (22 de junio de 1969).

De sus dos plazas, la Maestranza y la Monumental de Las Ventas, señala: “Sevilla es la sabiduría, el sentimiento y la que me parió como torero. Madrid, en los años 60 era una afición muy exigente, pero que respetaba al torero; no como ahora”. Rememora como faenas mágicas una decena: “En Sevilla dos o tres, Jerez, Málaga, Cáceres, San Sebastián, Villacarrillo, Campo Pequeño, en Portugal”. Y entre todas ellas tiene un cariño especial por la realizada al novillo Radiador, “porque de pronto nacieron curristas por todos lados”. 

Curro Romero cuajó una carrera extraordinariamente dilatada y fructífera gracias a su ilusión, a su afición y pasión por el toreo hasta que llegó el adiós sorpresivo en la recoleta plaza de La Algaba, que sucedió el 22 de octubre de 2000 en un festival benéfico en un mano a mano con Morante de la Puebla, que recibió una voltereta espeluznante. El torero nos explicaba sobre este hecho:“Ahí ya comprendí que era el momento de irse. Y me fui en silencio en un momento en el que Dios me iluminó. Eso sí, me fui sin que me echaran, con el respeto del público, que es lo más bonito que le puede suceder a un artista”.

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