Salvador Cortés. Matador de toros

"¿Mi situación? Algunas veces hubo injusticias y en otras habré fallado yo"

  • Ha retornado a Sevilla con el trofeo Escapulario de Oro de Bambamarca El triunfo americano le ha servido para sumar una decena de contratos en cosos españoles y peruanos

El diestro sevillano Salvador Cortés acaba de regresar de Perú, donde ha conquistado el trofeo Escapulario de Oro de Bambamarca, triunfo que le ha servido para sumar una decena de contratos en cosos españoles y peruanos. El torero, que saboreó las mieles del éxito a lo grande durante varias temporadas -por ejemplo, cuatro orejas en una actuación en 2004 en la Maestranza, hito histórico que no sucedía desde hacía 25 años-, realiza un viaje introspectivo en la redacción de Diario de Sevilla, donde comienza encuadrando su último triunfo: "Es la recompensa a un año en el que estoy entrenando con gran ilusión para colocarme en todas las ferias. Es la meta que tenía cuando me anunciaron. Quiero otra vez mi sitio, dando justificaciones para ello".

-¿Cómo valora su actuación del pasado 20 de julio en Bambamarca?

-Corté tres orejas y un rabo. Lo mejor llegó ante mi segundo, un buen toro, con el que me vacié. Llegué al hotel roto, me dolían los riñones. Le di seis o siete lances a gusto; un quite por chicuelinas y la faena es una de las más importantes que he hecho en mi vida, templada, con gusto. Y la estocada fue buena.

-¿Ha tenido repercusiones este triunfo?

-Sí, más que alguno de los conseguidos en Sevilla. El mundo está globalizado y cuando he llegado me he encontrado con varios contratos en plazas de España, como Inca, Agudo, Azuaga, San Clemente y Tarazona de la Mancha; y volveré a Perú para otra media docena de corridas.

-Usted ya toreó en Colombia, Venezuela y Ecuador ¿Cómo se vive la Fiesta en Perú?

-Aquello está creciendo. La plaza de Bambamarca se llenó los cuatro días de feria. Sienten auténtica admiración y respeto por el torero. En cuanto al toro, están mejorando. Y con respecto a la organización, cumplen. Hace dos años toreé en Cutervo y también me gustó el ambiente.

-En España, por la crisis, está muy herido el segundo circuito ¿Cómo le afecta?

-Antes, fuera de las grandes ferias, podías sumar una veintena de festejos. Como hay una disminución muy grande, el año pasado únicamente lidié una corrida de toros en Fuente de León.

-¿Cómo afronta ahora su temporada?

-Con mayor moral. Yo entreno todos los días como si tuviera muchos contratos. Hay veces que no te explicas lo que me ha pasado. Cada tarde que he toreado he dado la cara, he triunfado. Y un día y otro se te cierran las puertas, lo ves muy negro. Pero uno tira de amor propio, de raza.

-Y tras saborear las grandes ferias, ¿cómo vive ésta etapa?

-De estar en esas grandes ferias a no estarlo se pasa muy mal. Aquí en Sevilla, desde 2002 a 2011 he cortado orejas y porque una tarde no me salga bien no entiendo que no haya vuelto. Después de tres años de ausencia, creí que la pasada Feria de Abril, al estar ausentes las máximas figuras, iba a torear. No tengo palabras para ese dolor.

-¿Cómo es el día a día?

-Hay noches que me cuesta coger el sueño. Cuando me levanto lo tomo con otra mentalidad. Ejercicios físicos, toreo de salón, entrar a matar. Y soñar con esa faena ideal, con cuajar ese toro ideal en plazas donde he triunfado como Sevilla, Madrid, Pamplona, Málaga... Y pienso: "Si he conseguido salir a hombros cinco veces en Sevilla, porqué no voy a hacerlo más veces". Sólamente necesito que llegue el momento.

-¿Qué es esencial para lograr ese salto al circuito principal?

-Afición y estar convencido de que lo conseguiré. Y lo estoy.

-Me ha hablado de Sevilla ¿Qué opciones tiene para volver a torear, a corto plazo, en otras plazas de máxima categoría?

-Es complicado. En Madrid y Pamplona te dicen que, al no torear en tu tierra, no te pueden poner. Yo estoy muy ilusionado con la oportunidad que me han dado en Cenicientos, el 16 de agosto, con toros de Escolar, en una corrida que será televisada por Telemadrid y es una posibilidad para entrar en Las Ventas o incluso en la Maestranza si decide la empresa dar una corrida el 12 de octubre.

-En este tiempo, ¿ha cambiado su interpretación del toreo?

-Intento perfeccionar las cosas. No arrollar la razón, como me ocurría antes, cuando salía pensando en la necesidad de cortar orejas. Con los años se va madurando. A veces pienso que todo esto que me ha ocurrido es por algo. Lo mismo tenía que haber dicho no a algunos carteles y no haber cometido otros errores de ese tipo.

-¿Y hace autocrítica de lo que ha realizado en los ruedos y de su situación?

-¿Mi situación? Algunas veces hubo injusticias y en otras habré fallado yo. Cuando no se cortan las orejas, te pasan factura.

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