Pepe Moral (Los Palacios, 1987) ha vuelto a dar otro aldabonazo. Sucedió el pasado viernes en la plaza de toros de Madrid, donde cortó una oreja y rozó la Puerta Grande. Un pinchazo le dejó con la mítica puerta entreabierta, entre tanto contó con el respaldo de la afición venteña. Ha sido su tercer triunfo tras cortar dos orejas en la Corrida del Corpus en Sevilla y triunfar en la Feria de Pamplona, en la que entró como sustituto. Como matador de toros sólo ha sumado una decena de corridas, lo que engrandece más sus éxitos. Llega a Sevilla con una herida abierta en el pulgar de la mano derecha por un corte con la espada y la satisfacción del deber cumplido.

-Pepe, la crítica coincide en que mereció salir a hombros en Las Ventas.

-La pena es que no corté la oreja al segundo toro porque pinché. Rocé la Puerta Grande y viví una tarde inolvidable.

-Analice sus faenas y el juego de los toros lidiados.

-Intento hacer el toreo que llevo dentro y adaptarme a las embestidas del toro. No llevo nada en la cabeza. Siempre busco sentirme y poner pasión. El viernes, en Las Ventas, sucedió eso. Al primer toro, que transmitía, le di varios lances buenos. En los medios, dos pases cambiados por la espalda. Y luego, me sentí en cada muletazo y escuché esos oles de Madrid, que son diferentes. El segundo toro era bueno, aunque le faltaba algo de finales. Por eso lo cuidé desde el principio. Hasta que rompió hacia adelante. Los pases fueron buenos. La pena es que lo pinché. Me tiré con todas las ganas. Fue un pinchazo en todo lo alto. Desde luego, me quedé con las ganas de esa salida a hombros.

-¿Cómo vivió ese instante?

-Sentí mucha rabia porque tuve la Puerta Grande en las manos. Creo que Dios habrá querido que pinchara y fuera así para que vuelva en la próxima Feria de Otoño.

-¿Ya le han contratado para ese ciclo?

-Todavía no. Espero que cuenten conmigo para una feria tan importante. Este año únicamente llevo tres corridas, y en las tres he triunfado: el Corpus en Sevilla, la sustitución de Pamplona y ahora Madrid.

-Las oportunidades llegan con cuentagotas, a pesar de los triunfos ¿es duro de asumir?

-Es muy duro, pero yo me exijo como si toreara todos los días. Me mentalizo en arreglar todos los fallos que lógicamente pueda tener al no estar todo lo placeado que me gustaría estar. Con esfuerzo, intento conseguir estar más seguro para la siguiente corrida. No me conformo con la situación en la que me encuentro.

-¿Qué repercusión ha tenido esta última actuación?

-Tanto la prensa como los aficionados lo han valorado. A mí me encantaría volver a Madrid en la Feria de Otoño y remachar con otro triunfo para que el año próximo pueda entrar en buenos carteles en San Isidro.

-¿Qué compromisos tiene próximamente?

-A la espera de algunas sustituciones, la corrida de la Feria de Albacete, el 8 de septiembre, en la que alternaré con Miguel Tendero y Román, con toros de Jandilla.

-Supongo que este triunfo ha elevado su moral y confianza en si mismo.

-Por supuesto. Todavía me queda. Pero el triunfo de Madrid es un paso decisivo para poder entrar en el circuito y competir con los de arriba. Las figuras hacen el toreo perfecto. Yo cada día me encuentro con más confianza para llegar a situarme en ese sitio y poder competir con ellos.