El novillero Rafael Serna (Sevilla, 1995) está viviendo un gran despegue como torero. Tras su salida a hombros por la Puerta del Príncipe, en la liguilla Nuevos valores, ha continuado sumando triunfos, como los de Málaga y El Puerto hasta llegar a la final del Certamen Eres novillero, que tendrá lugar mañana en la plaza de toros de Bilbao. El pasado 10 de agosto sufrió un pitonazo en el muslo izquierdo y toreará con una herida infectada, "algo que no tiene importancia". Bético -jugó en este equipo de fútbol-, se ha criado en un ambiente familiar ligado al mundo del espectáculo -su hermana Magdalena estudia Arte Dramático en Madrid; su melliza, María Eugenia, es modelo y es hijo del compositor y cantante del mismo nombre-. Afirma que desde niño soñaba con ser torero: "A mí, desde los dos o tres años, me han llevado a los toros mi abuelo Pepín y mi tío Pepín. Iba a la barrera del 11 en la Maestranza y mis juguetes preferidos fueron un capote y una muleta. De niño también veía toros por televisión. De Madrid, de Bilbao, de Pamplona... Yo siempre quise ser torero".
-Rafael, ¿le impactó en su niñez algún torero?
-Yo decía que quería ser como El Juli. Cuando le vi, estuve tres días mudo y al volver a hablar dije que los toros eran muy grandes.
-¿Recuerda con especial cariño alguna faena?
-Una de Manzanares cuando era novillero. Mi abuelo, en la vuelta al ruedo, le gritó: "¡Tu padre ya puede estar tranquilo!" y le tiró la gorra. Esa es la mejor faena que he visto en Sevilla, junto a otra de El Juli a un toro de Torrealta, al que cortó las orejas.
-¿Cuándo decidió ser torero?
-En una fiesta en casa de Francisco -Rivera Ordóñez-. Tendría ya 15 ó 16 años. Luego, entré en la Escuela de Sevilla, donde estuve tres años con Pauloba, del que he aprendido muchísimo y al que estoy muy agradecido.
-¿Qué ha supuesto abrir la Puerta del Príncipe?
-No lo tengo del todo asimilado. Sobre todo, responsabilidad. La gente me va a exigir más. Estoy muy orgulloso de que me esperen y quieran verme. Es un sueño cumplido, que no se puede explicar. Pero soy la misma persona de antes. Estoy aprendiendo. Aún no hay nada hecho. Debo seguir creciendo como persona y como torero.
-¿Imaginó que podía salir su estreno tan redondo?
-Sí. Lo tenía en mente. Mi cuadrilla y mi apoderado confiaban en mí. A medio que embistiera un novillo sabía que podía conseguirlo. El día antes estuve en la casa de Curro Romero. Me dio un consejo que jamás olvidaré: "Sé tú mismo". Y añadió: "Cada lance es un lamento". Me emocioné mucho. En el hotel monté la capilla y escribí en un papel: "Puerta del Príncipe, 24 de julio...". Estaba muy motivado.
-¿Qué destaca de aquella actuación?
-Sobre todo, las ganas de novillero. Había entrenado días antes con Pepe Luis Vargas. Estuve en el campo, con Francisco Rivera. También sirvió lo aprendido con Pauloba.
-¿Cómo vivió aquella salida a hombros multitudinaria?
-Fue sensacional. Viví una anécdota divertida. Cuando jugué en el Betis lo dejé porque decían que era muy bajito. En la salida a hombros se aproximó el entrenador y me gritó: "¡Menos mal que te eché del Betis!"
-¿Y qué sensación le quedó de la final en la Maestranza?
-Me esperaba que la novillada ayudase un poquito más. Yo di todo lo que llevaba. No me dejé nada dentro.
-El ambiente en las novilladas ha sido sensacional y usted cuenta con una legión de partidarios...
-Estuvo muy bien ver la plaza llena. Para los toreros, contar con el apoyo del público es un plus.
-¿Qué se juega mañana en Bilbao?
-El prestigio de ganar este certamen. Que sea una de las plazas más importantes de España es fundamental para coger más fuerza de cara al año que viene.
-¿Cómo es una jornada suya de entrenamiento?
-Entreno todos los días en Espartinas, desde hace casi tres años, con Lama de Góngora, que es como mi hermano. Mañana y tarde: correr, toreo de salón y carretón.
-Tiene a Rivera Ordóñez y a Almodóvar como apoderados...
-Desde comienzo de temporada. José María Almodóvar y Rivera Ordóñez son quienes deciden. Soy una persona muy afortunada al contar con dos personas de esa categoría.
-¿Qué tipo de toreo le gusta?
-A mí me gusta el toreo que alcanza el tendido atravesando la barrera del sentimiento.
-¿Y qué busca en esta profesión?
-La felicidad. No considero que sea una profesión dura porque me gusta mucho.
-¿Quiénes son sus diestros referentes?
-Mi torero ha sido siempre El Juli. Lo considero el rey. Es superior, aunque no esté en mi línea.
-¿Cuántos festejos ha sumado y cuántas novilladas le restan?
-Este año llevo una decena y me queda por torear entre diez y quince más. Ahora, me encantaría ir a México.
-Su meta en el toreo.
-No tengo una meta, porque no quiero dejar de aprender.
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