Toros

Manzanares fue enterrado ayer en la intimidad en el panteón familiar de Alicante

  • Varias figuras del toreo portaron con anterioridad el féretro en una vuelta al ruedo en el coso alicantino

José María Manzanares fue enterrado ayer en el panteón familiar del cementerio municipal de Alicante en la más estricta intimidad por deseo expreso de la familia, tras un multitudinario funeral en la concatedral de la ciudad.

Los restos mortales de Manzanares permanecieron las últimas 24 horas en la Puerta Grande de la plaza alicantina de toros hasta que a las 10:30 su féretro fue portado por una decena de diestros en su última vuelta al ruedo como homenaje.

Llevaron en hombros al "torero de toreros" Juan José Padilla, Javier Conde, Pepín Liria, Salvador Vega, Enrique Ponce, El Juli, Pablo Hermoso de Mendoza, Espartaco y Manuel Abellán, entre los aplausos de los alrededor de 1.500 aficionados que acudieron a los tendidos. Posteriormente, el ataúd fue portado, en una segunda vuelta, por la cuadrilla del matador, encabezando una numerosa comitiva con los cuatro hijos, Manuel, Ana María, Yeyes y José María -será sustituido por Castella el próximo domingo 2 de noviembre en La México-, muy afectados por la repentina pérdida.

El homenaje en la plaza de toros terminó con la salida del féretro por la Puerta Grande, y de allí los restos fueron trasladados en coche fúnebre hasta la concatedral de San Nicolás de Bari, donde cientos de personas se agolpaban para vitorearle y aplaudirle.

Padilla destacó que la despedida fue "muy solemne y bonita", con la última vuelta al ruedo "a hombros de amigos, de toreros y con el pueblo volcado" hacia un "maestro que deja huella".

La misa fue oficiada por el capellán del coso taurino, Felipe Martínez, y al término los familiares y más allegados se dirigieron al cementerio para el entierro, ya sin la presencia de los numerosos medios de comunicación.

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