Daniel Luque. Matador de toros

"Mi mayor triunfo este año ha sido controlar el miedo escénico"

  • El sevillano toreará el próximo domingo en la plaza mexicana de Mérida

El diestro Daniel Luque (Gerena, 1989), prácticamente con un pie en el avión para viajar a México, donde actuará el próximo domingo en la plaza de Mérida, analiza su temporada, que despegó con fuerza tras el triunfo de Madrid, en San Isidro, hasta llegar a su actuación del pasado 10 de noviembre, cuando cortó dos orejas y un rabo en la plaza más exigente del país azteca, la monumental de Guadalajara. Un año en el que ha solventado con capacidad dos encerronas en solitario -Almodóvar del Campo y Zaragoza-. El sevillano también profundiza en varios aspectos de su carrera y desvela que, en algunas ocasiones, no supera el miedo escénico.

-¿Cómo define su campaña?

-Ha sido clave. Era el momento de que pasara lo que ha sucedido. Sobre todo de cara a mi credibilidad para todo el mundo y para situarme bien de cara a alcanzar el sitio que busco y puedo consquistar y también por expresar lo que llevo dentro.

-Madrid supuso un punto de inflexión.

-Me jugaba mi futuro. No me importaba lo que pudieran opinar. Hay personas que hablan por la única tarde en la que te han visto. Yo creo en la gente que está a mi lado y en la que me sigue, y no quería fallar. Todo es creer en uno mismo.

-¿Qué supuso aquel éxito para el resto de la temporada?

-El éxito de Madrid ha supuesto el pasaporte y me dio moral para estar más tranquilo y relajado en las otras plazas. Cuando te relajas es cuando más disfrutas. Antes de Madrid me había quedado fuera de Bilbao y entré por sustituciones en Pamplona y Dax. Pero al final todo se remató.

-¿Qué pasó en Sevilla?

-Sevilla es una plaza que me pesa mucho. Ahora mismo, la de mayor responsabilidad. Noto la exigencia al máximo, como al que más. En Sevilla no han visto ni el 50% de Daniel Luque. Tampoco he tenido suerte. Me han embestido un par de toros y a esos, como a otros mansos, les he cortado orejas. El próximo año estoy seguro que saldré de otra manera y triunfaré.

-¿Le había visto las orejas al lobo?

-Pero no por verme incapaz de torear bien, sino porque yo sabía que no estaba sacando lo que quería. Soy inconformista y muy exigente conmigo mismo. Y hay días claves en los que no se debe fallar.

-Después de su paso por San Isidro, ¿qué faenas le llenaron más?

-Lo que busco es torear como toreé un toro de José Vázquez en Ciudad Real, relajado, centrado, como cuando lo haces en el campo.

-¿En qué ha ganado como torero este año?

-Mi mayor triunfo este año ha sido controlar el miedo escénico. Ahora estoy más seguro. Si no consigues superar ese miedo, no te encuentras fresco para transmitir lo que quieres.

-¿Cómo es ese miedo?

-Es un miedo que me invade porque quiero agradar al público. Sevilla es la plaza donde más lo siento. Me agarroto. No manejo los brazos igual. El próximo año cambiará todo porque no tengo el peso de las temporadas anteriores. Me controlo más en ese sentido y puedo dar mucho más en el ruedo.

-¿Y ha sentido más presión este año?

-No. He aprendido a controlarla. No me pesa ni me asusta. Ahora soy consciente de que tengo que apostar la mayoría de las tardes.

-¿En qué debe crecer su toreo?

-En profundidad.

-¿Cómo ha vivido su triunfo en la Monumental de Guadalajara?

-Lo saboreé mucho. Tenía muchas ganas de debutar en Guadalajara. Es una afición exigente. Hacía 9 o 10 años que no se cortaba un rabo allí. Disfruté toreando con el capote, con la muleta y estuve seguro con la espada.

-Ahora continuará su campaña.

-Me marcho para Mérida, donde torearé el domingo. Descansaré en familia en España en navidades y volveré para torear en América en enero y febrero.

-Planteamiento para 2015.

-Será una temporada muy bonita y clave, a la que llego con la moral alta.

-En cuanto a apoderamiento, ¿continuará con Simón Casas?

-Seguiré con Casas. Estoy muy contento y no me puedo quejar. La relación es de varios años. Lucho por conseguir el sueño de ambos.

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