Duodécima de abono

Manzanares y Sevilla, continúa el idilio

  • El alicantino, que da una vuelta al ruedo, malogra con los aceros dos preciosas faenas y pierde la Puerta del Príncipe. David Galván da una vuelta al ruedo. Paquirri, silenciado, no aprovecha al nobilísimo cuarto. Buena corrida en conjunto de Núñez del Cuvillo, destacando especialmente el segundo en la muleta.

Continúa el idilio de Sevilla con Manzanares. Los aceros, que no entraron en los primeros envites, dejaron una más que probable Puerta del Príncipe en una memorable vuelta al ruedo en el quinto toro, que pidió el público, con el diestro emocionado, casi llorando, en su inicio y que cerró en los medios, agradeciendo desde el corazón las innumerables ovaciones y los oles que durante esas dos actuaciones le habían dedicado. Todo ello sucedía con una corrida desigualmente presentada y en conjunto de buen juego de Núñez del Cuvillo, que también sacó nota alta en su retorno a la Maestranza.

Manzanares, quien se jugaba su última carta, de las cuatro con las que había apostado como pilar del la Feria de Abril, no tuvo la suerte de su anterior ocasión con la espada, pero hubo buenos pasajes de su toreo artístico, con clase y elegancia.

Manzanares se enfrentó en primer lugar a Encumbrado, castaño, al que cuidó en varas y que embistió con prontitud, alegría, recorrido y nobleza. El diestro plasmó un ramillete de verónicas y una larga en la que prevaleció el temple y la estética. Y se marcó, con sabor, un par de chicuelinas. Galván respondió con otro quite por ese palo. Manzanares brindó su preciosa faena al equipo médico. Una faena que fue creciendo en intensidad y que tomó fuerza en una serie diestra, con ligazón, que desembocó en un interminable pase de pecho. Luego, otra templada. Y con la zurda firmó naturales con suavidad para empapar la embestida del animal en otra serie con ligazón, cambio de mano, molinete y pase pecho, todo ello hilvanado con hilo de oro. Quiso redondear la obra matando en los medios y, tras un pinchazo arriba, se perdió con el verduguillo.

Con el castaño quinto, con un gran pitón derecho, Manzanares volvió a deleitar al público con una faena que fue a más, tras un percance. Lo saludó con buenas verónicas. El toro tardó en acudir a un segundo puyazo. En la muleta tardeó al comienzo. En la primera parte, en una serie diestra de mano baja, abrochada con un trincherazo, fue cogido. La plaza soltó un grito de espanto y la música enmudeció. De las siguientes series, por ambos pitones, más cortas, brilló una con la derecha, con muletazos de mano baja, otro cambio de mano esplendoroso y un pase de pecho. Con un toro que tardeaba, increíblemente, apostó por la suerte de recibir y pinchó dos veces. Luego, al volapié, atacando muy lejos, otro más y estocada definitiva. Vuelta al ruedo clamorosa.

Francisco Rivera Ordóñez Paquirri, que volvía a Sevilla al cumplirse dos décadas de su alternativa, fue silenciado en su lote. Paquirri, que abría plaza, con un ejemplar flojo y noble, elaboró un trasteo superficial por los dos pitones, abusando de toques hacia afuera. Con el cuarto, flojo, pero nobilísimo, estuvo por debajo de la buena condición del animal, que cogió e hirió al banderillero Juan García en un par de banderillas. Rivera Ordóñez no llegó a confiarse. 

David Galván puso la entrega. Al tercer astado, bajo, le faltó poder. Galván, que brindó al cielo y a Manzanares, se perdió en un trasteo porfión, con muletazos de uno en uno, salpicado de varios enganchones. Con el sexto, bien armado y con un pitón izquierdo peligroso, de nuevo faena voluntariosa, que cobró altura a raíz de que el toro lo lanzara por los aires. Afortunadamente, no lo caló. El público, emocionado, se entregó con el torero, que terminó en un arrimón impresionante, con los pitones lamiendo los muslos. Luego, con la espada, falló; incluso en uno de los envites, a topacarnero, estuvo a punto de ser herido. Dio una vuelta al ruedo por su entrega sin reservas.

Manzanares, en un corrida interesante de Núñez del Cuvillo, ofreció por momentos una versión estética de grandes quilates y se despidió como base del abono sin haber conseguido esa Puerta del Príncipe que ansían todos los toreros y que estuvo cerca de descerrojar en el idilio que mantiene con el público de Sevilla, que lo ha hecho suyo.

FICHA. DUODÉCIMA DE ABONO

PLAZA DE TOROS DE LA MAESTRANZA

GANADERÍA: Corrida de Núñez del Cuvillo, desigualmente presentada y en conjunto de buen juego; destacando sobremanera el segundo, ovacionado en el arrastre. 

TOREROS: Francisco Rivera Ordóñez Paquirri, de nazareno y oro. Estocada (silencio). Estocada (silencio).

José María Manzanares, de negro y azabache. Pinchazo hondo arriba y cinco descabellos (saludos tras ovación y aviso). Tres pinchazos y entera (vuelta al ruedo tras aviso).

David Galván, de verde botella y oro. Pinchazo y casi entera (silencio tras aviso). Dos pinchazos (vuelta al ruedo tras aviso).

INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Viernes 24 de abril. Duodécima de abono. Lleno. En banderillas saludaron Rafael Rosa, Luis Blázquez y Curro Javier. El banderillero Juan García, de la cuadrilla de Paquirri, fue cogido por el cuarto y atendido en la enfermería de “cornada cerrada en cara posterior de muslo derecho que interesa a planos musculares con una trayectoria ascendente de 10 cms. Se procede bajo anestesia raquídea a desbridaje, limpieza, hemostasia y colocación de drenaje. Pronóstico: Menos grave que le impide continuar la lidia siendo hospitalizado. Firmado: Octavio Mulet Zayas”.

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